Este domingo 20 de octubre los bolivianos eligirán presidente, vicepresidente, diputados y senadores. Y después de 14 años de victorias de Evo Morales y su Movimiento al Socialismo, por primera vez los resultados son inciertos y podría ser necesaria una segunda vuelta.
¿Quiénes tienen previsto apoyar a Morales el próximo domingo? Con ayuda de una encuesta a más de 14.000 bolivianos en todo el país, hemos podido comprobar el efecto de diferentes variables sobre la intención de voto; todas las disponibles en la encuesta que pudieran afectarla. Los resultados se muestran en la Tabla 1. En ella, se aprecia que la intención de voto depende tanto de características de los individuos (sexo, residencia en medio rural o urbano, y confianza en la Iglesia) como del departamento en el que se vive:
Tabla 1.- Intención de voto a Morales, según las características de los ciudadanos
Regresión logística binomial. Ámbito: nacional. Muestreo: proporcional, probabilístico y bietápico. Unidades primarias: 1.206 recintos electorales. Unidades secundarias: 14.420 entrevistas en hogares con algún particular mayor de 18 años. Trabajo de campo: 4-7 octubre.
La Tabla 1 confirma, en líneas generales, lo que ya sabíamos sobre la base territorial del apoyo al presidente. Por ejemplo, que Morales tiene sus bastiones de apoyo principalmente su departamento o región de origen, Cochabamba, así como en las tierras altas de los departamentos occidentales andinos (La Paz, Oruro y Potosí); mientras que, tradicionalmente, le ha resultado más difícil penetrar en las tierras bajas del Oriente (a pesar de que sus resultados han mejorado notablemente con el paso del tiempo).
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Ahora bien, como se aprecia en la Figura 1, si bien esta distribución territorial del apoyo a Morales sigue teniendo vigencia, se aprecian también algunos matices interesantes: Cochabamba, Oruro y la Paz seguirían siendo especialmente propicios para él, mientras que Potosí quedaría, junto con Pando, en un nivel intermedio; y, finalmente, en el resto de departamentos el apoyo sería menor:
Lo interesante de los datos de encuesta es que nos permiten obtener información de primera mano del efecto que las características personales de los ciudadanos tienen sobre el voto. Hasta la fecha, tenemos muy poca evidencia directa de los rasgos individuales de quienes votan por Morales o por la oposición. En la tabla 1, veíamos que ni la edad ni el tiempo de residencia en el municipo afectan a la intención de votar a Morales, pero el sexo sí tiene impacto: las mujeres le votan significativamente más.
El lado izquierdo de la Figura 2 muestra que ser mujer tiene un efecto reducido, de 2,8 puntos porcentuales, ya que la probabilidad de depositar el sufragio a favor de Morales es del 42,3% para los hombres y del 45,1% para las mujeres. El lado derecho muestra cuánto cambia esa intención (en rojo) o a otros partidos (en azul) si se es mujer en lugar de hombre: los valores positivos de los puntos rojos significan que las primeras tienen una mayor disposición de votar al presidente que los segundos, y los negativos, que es al revés. Como se puede percibir, la predilección de las mujeres por Morales está bastante generalizada y es especialmente aguda en La Paz y Pando, pero no es universal: en Cochabamba y Santa Cruz, ellas tienen una intención levemente inferior que los hombres). Dado que el único departamento en el que las diferencias entre géneros son estadísticamente significativas es el de La Paz, hemos suprimido los intervalos de confianza para facilitar la interpretación del gráfico.
Figura 2.- Efecto del género sobre la probabilidad de votar a Morales (en la derecha, el de ser mujer en lugar de hombre sobre dicha probabilidad).
La Tabla 1 también nos informaba de que Morales tiene menos fuerza en las ciudades o zonas urbanas que en las rurales, algo que ya se sabía gracias a los datos de anteriores elecciones sobre los resultados oficiales en distintos municipios. Los lados izquierdo y derecho de la figura 3 se interpretan de manera análoga a la anterior: el primero muestra que vivir en el ámbito urbano reduce drásticamente la probabilidad de votar a Morales, del 62,3% para quienes viven en zonas rurales al 35,4% para quienes lo hacen en las ciudades.
El lado derecho muestra que el hecho de vivir en zonas urbanas en lugar de en el campo reduce de manera estadísticamente significativa el apoyo a Morales en todos y cada uno de los departamentos del país, pero que este efecto es especialmente acusado en Potosí, y menos marcado en los departamentos de La Paz, Pando, Santa Cruz y Beni.
Figura 3.- Efecto de vivir en el ámbito rural o urbano sobre la probabilidad de votar a Morales (en la derecha, efecto de ser urbanita frente a vivir en zonas rurales sobre dicha probabilidad).
Un análisis similar a los anteriores permitiría mostrar que confiar en la Iglesia también deprime la intención de votar a Morales; pero sólo siete puntos porcentuales, del 48,7% a 41,7%.
Antes de concluir, es justo reconocer que los resultados presentados dejan pendientes diversas cuestiones importantes para el caso boliviano: por ejemplo, qué efecto tienen la educación, la renta, o la auto-identificación racial sobre la tendencia a votar a Morales en lugar de a otros candidatos. En la encuesta utilizada no se disponía de información sobre estas variables, con lo que no ha sido posible considerarlas aquí, pero sería extremadamente interesante que futuras investigaciones combinaran un número amplio de entrevistas, con una ampliación de las preguntas que permitiera indagar en el efecto de otras características de los bolivianos sobre su intención de voto.