10 mins - 9 de Septiembre de 2019, 11:53
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Un relato glorioso e imperialVox despliega una narrativa que desborda la nostalgia del viejo régimen que siente la extrema derecha franquista. Sus proclamas están trufadas de apelaciones a referentes históricos y un medievalismo iconográfico que apela constantemente a la recuperación de un pasado glorioso e imperial de España. Vox pugna por sustituir al PP como partido de referencia de la derecha apelando a la vuelta al orden moral, político, económico, territorial y cultural de una España atacada por diversos partidos golpistas que se han apropiado de las instituciones. Defienden un nacionalismo español de nuevo cuño con un relato más complejo que se ha orientado hacia un populismo antipolítico de derechas.
Una ideología en construcciónSu ideología tampoco es la tradicional de la extrema derecha española. Es una ideología en construcción, que se va articulando y redefiniendo a medida que se va desarrollando el proyecto. A diferencia de otros partidos de derechas, no tiene detrás ningún laboratorio de ideas o think tank del que emanen sus discursos. Vox sustenta su relato combatiendo en diversos frentes. Por un lado, apela a temas rescatados de su desencanto con el Partido Popular, como son el rechazo a la Ley del Aborto, la Ley contra la violencia de género, la Ley del matrimonio igualitario o la Ley para la recuperación de la memoria histórica. Se presentan como los defensores de la España genuina frente a la anti-España con una islamofobia latente en sus intervenciones. Esta ideología líquida y adaptable, les permite reinventarse constantemente y conectar con públicos más amplios, y siempre con la idea de una España incluso por encima de las instituciones y de la Constitución. Si hay un rasgo característico en su ideario político y su retórica es el ultra-españolismo. Un integrismo español que da naturaleza e identidad al grupo.
Nuevas afinidades y aliadosVox ha construido su proyecto con diversos aliados y compañeros de viaje, algunos de ellos efímeros e incluso con alianzas excéntricas. La Asamblea Inaugural en marzo de 2014 proclamaba al entonces vicepresidente del Europarlamento y ex líder del PP en Cataluña Alejo Vidal-Quadras como Presidente del Partido y a Santiago Abascal como Secretario General. Pocos meses después, se presentarían a las elecciones al Parlamento europeo con el veterano político catalán como cabeza de cartel en un primer intento por alcanzar representación institucional. Una campaña financiada con fondos de donantes y simpatizantes del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI), grupo opositor al régimen de los Ayatolás. Esa extraña alianza, debía servir para que Vidal-Quadras y Vox fueran el lobby de la oposición iraní en las instituciones europeas. Una operación que acabaría en fracaso y con la salida de Vidal-Quadras del Partido pocos meses después. Abascal lo invitaba a abandonar el Partido al defender el acercamiento de Vox a Ciudadanos y UPyD. Tras ese traspiés, Abascal buscaría nuevos aliados y los encontraría en la ultraderecha estadounidenses -Alt-Righ-, destacada por la incorrección política y sus discursos racistas. Un movimiento liderado a nivel internacional por el ex asesor de Trump, Steve Bannon, que se presenta como la derecha del futuro con un discurso revolucionario y radical contra las inmigrantes, las feministas radicales y los activistas de fronteras abiertas. Un movimiento que apuesta por el cristianismo identitario que identifica el progresismo social como su principal enemigo haciendo una feroz crítica a la modernidad y proclamando restaurar el orden natural de las cosas.
Un grupo dirigente educado en el combateEl núcleo duro de la formación explica en buena parte su dialéctica de combate frente a los enemigos de España. Son un grupo marcado por sus historias personales y familiares. Santiago Abascal, líder de la formación, viene de una familia del País Vasco que vivió amenazada por ETA, y su padre, el dirigente del PP Santiago Abascal Escuza, fue señalado como objetivo de la banda terrorista durante décadas. Por su parte, el secretario general y número dos Javier Ortega Smith, es también el abogado de la formación en los tribunales, lo que le da tribuna mediática. Fue miembro de las unidades de Operaciones Especiales del Ejército español y es el que mantiene un lenguaje más emocional y combativo recuperando con gran éxito el brindis de los antiguos tercios de Flandes que se ha viralizado gracias a los grupos de whatsapp. Iván Espinosa de los Monteros, habitual en los debates de Intereconomía, es empresario, responsable de las relaciones internacionales e hijo de Carlos Espinosa de los Monteros, ex Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España y expresidente de Iberia entre 1982 y 1985. Su mujer, Rocío Monasterio, la voz femenina de Vox, está igualmente marcada por el resentimiento frente al régimen castrista. Nacida en Cuba en 1974, se trasladó a España de niña junto a su familia, estudió igualmente en los EEUU y se caracteriza por ser igualmente muy combativa dialécticamente.
Explotar la tecnopolíticaUno de los principales éxitos de Vox ha sido su exitosa estrategia de comunicación, muy viral y emocional. Apoyándose no solo en las redes sociales, sino sobre todo en los grupos de whatsapp, que constituye hoy la killer application de la comunicación política actual. Su estrategia está basada en el aprovechamiento de la cultura tecnopolítica emergente que anticipó Gutierrez-Rubí en su libro de artículos sobre la materia. Entender la tecnopolítica constituye hoy un factor de competitividad política que facilita la participación y la deliberación a gran escala, además de reconvertir a los militantes, simpatizantes o votantes en activistas de tu causa. "La tecnopolítica puede cambiar las ecuaciones. Voces que son redes, palabras que son hilos, personas que son comunidades" proclamaba Gutierrez-Rubí, y Vox lo explota de una manera eficiente y eficaz.