2 de Septiembre de 2019, 21:09
Después de la inesperada crisis del gobierno en pleno verano, la perspectiva de un advenimiento de la extrema derecha en Italia parece haberse frustrado. El demagogo ex ministro del Interior Matteo Salvini ha sido derrotado por la crisis que él mismo provocó, desde las playas de la península, con la esperanza de obtener réditos de unas elecciones anticipadas. Antes de la crisis, el líder de la Liga, probablemente también aspirante dirigir toda la derecha europea, había levantado la cresta, fascinado por las encuestas que le sugerían un triunfo en el caso de elecciones anticipadas (hasta el 39% de la intención de voto).
Como si estuviese movido por una revelación, cada encuesta aumentó su nivel de testosterona, mostrándose más y más 'ringalluzzito' en los italianísimos balnearios transformados en púlpitos mediáticos para incitar a la opinión pública contra varios gobiernos europeos, ONG y migrantes.
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El inesperado punto de inflexión se produjo cuando, tras la crisis del gobierno, el alter-Matteo, Matteo Renzi, líder saliente del PD (Partido Demócrata), con un doble salto acrobático e impulso inesperado, propuso una alianza con los ex rivales del M5S. Hasta ese momento, Renzi había permanecido petrificado en posiciones dogmáticamente opuestas a cualquier alianza con el M5S. El actual secretario del Partido Demócrata, Nicola Zingaretti, también sorprendido por el cambio de Renzi, parecía estar dudando, incluso retrocediendo en la dirección opuesta, mostrando una actitud desfavorable a la alianza gubernamental. Se revelaban así las profundas divisiones dentro del PD, probablemente mucho más profundas que las existentes dentro del M5S. Originalmente, Zingaretti había sido más atento, flexible y abierto al diálogo con el M5S.
¿Por qué Salvini cometió un tan inesperado harakiri político? Nadie hubiera anticipado un paso en falso tan evidente por parte de un cínico manipulador del vulgo como él. Su justificación hasta ahora ha sido simplemente la de un error de cálculo, o sea el repentino cambio de "postura" de Renzi. Así Salvini se expresó en el Tg1, el principal programa de noticias del país: "No pensaba que había parlamentarios renzianos que, en lugar de ir a las urnas, votarían también por un gobierno de Goofy (Tribilín) y Mickey Mouse".
Pero una segunda interpretación más compleja podría ser el pánico desatado dentro de la Liga por el reciente escándalo del Moscagate o Russiagate con sus inevitables ramificaciones judiciales: los abundantes fondos recibidos en varias etapas de la Rusia de Putin revelados inicialmente por el semanario lEspresso. Por lo tanto, Salvini habría intentado todo para ganar las elecciones y volver a proponer un gobierno autoritario en alianza con las otras fuerzas de la extrema derecha y finalmente tratar de detener el avance de las investigaciones, tal vez intentando silenciar la información de masa o simplemente involucrando al imperio mediático de Berlusconi. Como ministro del Interior, habría tenido pocas posibilidades de evadir/escapar de una investigación de tamaño internacional, pero las elecciones anticipadas lo habrían llevado a un más sólido y inatacable papel de Primer Ministro con el apoyo de los ultra-nacionalistas 'Hermanos de Italia' (Fratelli d'Italia, FdI). Antes de la crisis, parecía que también contaba con el inexplicable silencio de Renzi y su negativa a participar en el debate en el Senado sobre el Moscagate.
Ahora el juego comienza de nuevo, con un período de reconstrucción, si no post-bélica, si por lo menos post-conflictual. La elección de ministros, en la que se espera que surjan varias caras nuevas, será seguida por el difícil período de definición de un programa gubernamental.
¿Cuáles podrían ser las pautas? Más allá de los fundamentos y postulados básicos y conocidos, como el respeto a la Constitución, la lucha contra la corrupción y contra la evasión fiscal, resaltan las medidas en favor de la educación, el respeto por el medio ambiente, el fomento de las infraestructuras verdes, un aparato judicial más justo y eficiente y la "eliminación de desigualdades de todo tipo ".
Una de las estrategias ganadoras podría surgir con un Nuevo Acuerdo Verde, un New Green Deal, como forma italiana de combatir seriamente el cambio climático y empezar la transición energética. El M5S pertenecen a una tradición ideológica italiana muy cercana al movimiento ecologista (aunque dentro de él, debe decirse, están anidados elementos xenófobos y simpatizantes de la derecha). Por lo tanto, están bien posicionados para ofrecer un buen número de técnicos capaces de formalizar un ambicioso programa ecológico. Originalmente fue un movimiento que surgió de la sociedad civil contra la privatización, pero es imposible definir el M5S como un partido de izquierda. Su líder, Luigi Di Maio, también vicepresidente del Consejo de Ministros en el primer Gobierno Conte, ha afirmado recientemente: "No hay esquemas de derecha o izquierda, hay soluciones", citando al histórico líder socialista Pietro Nenni: "Alguien en la historia ha dicho que en política siempre hay dos categorías de personas, quienes la hacen y quienes la aprovechan ".
Sin embargo, lo sorprendente es el inesperado apoyo brindado al Primer Ministro Conte por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, inmediatamente después de la reunión del G7 en Biarritz. Pero Salvini, que ha llamado crípticamente a Conte "un primer ministro por consejo de París, Berlín, Bruselas", aún se ha negado a mencionar su apoyo a Conte por su paladín y modelo, Trump. Otra 'traición' por lo tanto, pero desde una posición mucho más poderosa. Y también una señal significativa de las buenas habilidades diplomáticas de Conte, después del período oscuro del 'Bolsónaro italiano' y de la Liga en el gobierno. Salvini luego agregó un toque siniestro de teoría de la conspiración, evocando: "la impresión, si no la certeza, de que hay un diseño que comienza desde lejos, no desde Italia, de la venta del país, sus compañías y su futuro en el extranjero". Con esta confusión mental, Salvini confirma que su mandato fue minar o debilitar "el orgullo, la soberanía y el futuro de las familias italianas" en lugar de devolvérselo.
Sin embargo, esta posición de derrota en todo el campo ofrece una posibilidad de redención a los otras derechas. La extrema derecha neofascista podría aprovechar la crisis para adelantarse. La Liga misma puede conocer una noche de largos cuchillos, en la que los elementos históricos exigirían la cuenta de Salvini por sus fracasos en el frente de las autonomías. Pero el viejo podría también desvelarse de formas más conocidas: al final de la reunión consultiva con el presidente de la República, Sergio Mattarella, el presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi, declaró: "Nuestro horizonte sigue siendo el centro-derecha, del cual seremos el punto de apoyo operativo y pensante . La derecha no podría ganar sin nosotros, incluso si ganara no sabría cómo gobernar ...... Forza Italia comienza un viaje desafiante para regresar a ser el primer partido, el corazón, el cerebro y la columna vertebral del centroderecha; un centroderecha lejos de la ingenuidad soberanista y populista ". A través de su imperio mediático, Berlusconi sigue siendo un jugador líder en las preferencias y estrategias políticas de la derecha.
Si fuera creíble, se podría observar que su objetivo principal será, en cambio, mantener intacto su poder mediático en detrimento de la libre información. Y, de hecho, uno de los objetivos del nuevo gobierno tendría que ser resolver el conflicto de intereses que ve su sociedad de cartera Mediaset, una sub-empresa de Fininvest S.p.A., dominando en diferentes sectores de la información pública -además de ser el principal operador televisivo privado en España.