-
+

Guatemala, elecciones en una democracia frágil

Dinorah Azpuru

14 de Junio de 2019, 22:11

El domingo 16 de junio, ocho millones de guatemaltecos podrán acudir a las urnas para elegir presidente y vicepresidente. Es la novena elección desde la apertura democrática en 1985. Además de la primera vuelta de la elección presidencial, se elegirán 160 diputados al Congreso Nacional (unicameral), 20 diputados al controvertido Parlamento Centroamericano, y alcaldes para los 340 municipios del país.

Después de la llamada revolución ciudadana contra la corrupción en 2015, muchos esperaban la recomposición del sistema político y el fortalecimiento de la débil democracia existente desde 1985. Jimmy Morales ganó las elecciones de 2015 presentándose como el representante de la anti-política, pero su imagen se desgastó rápidamente (su aprobación actual es solo del 21%). En los cuatro años transcurridos desde la elección de Morales se aprobaron algunos cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, pero dichas reformas no abordaron las causas de fondo de la debilidad de la democracia en Guatemala y más bien contribuyeron a un proceso electoral sui generis en 2019, con un alto grado de incertidumbre.  

El contexto electoral

La mayoría de los ciudadanos guatemaltecos desconfían no sólo de los partidos políticos, sino también de las instituciones que conforman el sistema político electoral como se observa en el Gráfico 1.

Gráfico 1. Confianza en las instituciones de la democracia representativa en Guatemala (datos del Barómetro de las Américas)

La debilidad de las instituciones democráticas en Guatemala, en particular la de los partidos políticos, es crónica. Pocos logran mantenerse vigentes elección tras elección. Prevalece el personalismo, el transfuguismo y una extrema fragmentación. En el proceso electoral de 2019 participan 26 partidos políticos, 19 de ellos con un binomio presidencial. Como consecuencia, solo el 10% de los guatemaltecos se identifica con un partido político en 2019.

[Recibe diariamente los análisis de más actualidad en tu correo electrónico o en tu teléfono a través de nuestro canal de Telegram]

Además de la debilidad de la democracia, Guatemala enfrenta serios problemas estructurales (como la pobreza crónica), y una coyuntura particularmente crítica, marcada por una economía en declive y el empeoramiento en las condiciones de vida, en especial en el área rural del país, que ha derivado en intentos de emigrar hacia Estados Unidos de miles de familias. La delincuencia y la criminalidad afectan en especial a quienes residen en áreas urbanas. Algunos meses antes de las elecciones, un 46% de los guatemaltecos identificó la seguridad como el mayor problema del país, seguido por la economía. Los problemas de tipo político (incluyendo la corrupción) también fueron mencionados por un 16% de los entrevistados (Gráfico 2). 

Gráfico 2. Principal problema del país, Guatemala 2019 

Los candidatos con posibilidades

Ante el complejo panorama político, económico y social que afronta Guatemala, las implicaciones de las elecciones del 16 de junio son enormes. Las encuestas electorales más recientes (mayo y junio) revelan que, de los 19 candidatos a la Presidencia, solamente cinco obtienen más del 5% de intención de voto. 

Sandra Torres es la candidata más conocida y con mayor intención de voto, pero el porcentaje de guatemaltecos que nunca votaría por ella (en especial en áreas urbanas) es mucho más alto que el de los otros candidatos; su favorabilidad es también la más baja. Los otros cuatro candidatos obtienen menos del 12% de intención de voto. Lo que está en juego es quién pasará a la segunda vuelta electoral prevista para el 11 de agosto, casi seguramente contra Sandra Torres. Giammattei y Arzú son más conocidos, pero tienen menor favorabilidad que Mulet, un exfuncionario de alto nivel de Naciones Unidas.  Cabrera es la única candidata indígena que puntea alto.

Todos los candidatos incluidos en la Tabla 1 enfrentan controversias por acciones pasadas, o bien por los equipos de trabajo que les rodean. Muchos de ellos tienen entre sus asesores y colaboradores cercanos a personas cuestionables.

Tabla 1. Intención de voto, antivoto y opinión de candidatos en Guatemala (porcentajes)

La presentación de resultados de la encuesta electoral levantada a principios de junio por CID-Gallup no informa acerca de los indecisos, pero en la encuesta realizada por dicha empresa en la tercera semana de mayo, un 25% de los encuestados señaló que no se había decantado aún. Los indecisos, por lo tanto, pueden inclinar la balanza de una forma determinante si es que se decantan por un candidato (en lugar de abstenerse o votar nulo).

A principios del mes de junio, se realizaron dos foros presidenciales (debates) con amplia cobertura en los medios de comunicación y las redes sociales, uno organizado por el sector privado a través de la Asociación de Gerentes de Guatemala, y otro por la Federación Evangélica de Guatemala después del período de recolección de datos de la última encuesta de CID-Gallup. 

Prevalecen los conservadores

En los foros presidenciales, los candidatos hicieron ofrecimientos relacionados con la economía, la educación, la salud y la seguridad ciudadana, pero los analistas locales coinciden en que el debate fue superficial. No expresaron con claridad de dónde obtendrían los recursos para cumplir sus promesas, y evitaron temas controvertidos tales como la desigualdad social, la protección de los recursos naturales y la reforma fiscal. 

En cuanto a ideología, la mayoría de candidatos y partidos pueden definirse como conservadores. En lo económico, han mostrado su apoyo hacia una economía de mercado, aunque algunos han resaltado el papel subsidiario del Estado. En temas sociales, los candidatos punteros (con excepción de Cabrera) firmaron en mayo el denominado 'Pacto Conservador'. En el mismo, los candidatos se comprometieron a proteger el matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer, rechazar el aborto y la educación sexual en las escuelas. Sandra Torres (que se identifica como socialdemócrata) también suscribió el pacto. Solamente los candidatos claramente identificados a la izquierda se abstuvieron de firmar.

Cabe tener en cuenta que Guatemala es una sociedad altamente conservadora, en donde, según el Barómetro de las Américas, el 92% de la población en 2019 considera la religión como algo muy importante en su vida. Es también el país más conservador del Hemisferio Occidental en cuanto a la aprobación del derecho de candidatos homosexuales a postularse a cargos públicos (solamente el 22% de la población 2017, como se observa en el Gráfico 3). 

Gráfico 3.- Aprobación de candidatos homosexuales en Guatemala y las Américas

Finalmente, se observan discrepancias en un tema que se ha tornado altamente polarizador y  marcado por diferencias ideológicas: la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). Aunque todos los candidatos dicen estar en contra de la corrupción, los más conservadores (en especial, Arzú, Giammattei y el militar retirado Estuardo Galdámez) han criticado ampliamente a esta Comisión en los debates presidenciales. Los candidatos más moderados, como Mulet y Julio Héctor Estrada, han hecho ver que el mandato de Cicig termina en septiembre de 2019, antes de que el nuevo presidente tome posesión del cargo, y han propuesto alternativas que no necesariamente involucran a las Naciones Unidas. Torres no se ha pronunciado claramente al respecto. Solamente seis de los 19 candidatos (todos ellos con pocas probabilidades de ser electos) han dicho que buscarían reiniciar el mandato de la Cicig. 

Balance del actual proceso electoral

El proceso electoral de 2019 en Guatemala ha estado lleno de complicaciones. Entre abril y mayo, cuatro candidatos inscritos quedaron fuera de la elección a causa de impedimentos legales de diversa índole, incluyendo la ex fiscal general Thelma Aldana (quien contaba con 8% de intención de voto en la última encuesta en la que apareció su nombre). También quedó fuera otra de las punteras, Zury Ríos (14% de intención de voto), así como dos candidatos menores. Otro de los candidatos, Mario Estrada, fue arrestado en Estados Unidos acusado de vínculos con el narcotráfico. Todavía quedan procesos judiciales pendientes de resolver, incluyendo uno contra Sandra Torres por financiación electoral ilícita en 2015. También ha sido cuestionada la idoneidad de 150 candidatos a diputado.

La debilidad del sistema de partidos políticos, y de la democracia en Guatemala en general, se han evidenciado a lo largo del actual proceso electoral. No obstante, pueden rescatarse algunos aspectos positivos. En este proceso se ha visto mayor participación de mujeres en todos los niveles, inclusive como candidatas presidenciales y vicepresidenciales. También se ha visto mayor participación de candidatos indígenas en los binomios presidenciales. En los listados a diputados de diversos partidos hay personas que nunca habían participado en política.

Hay, por otro lado, una amplia gama de opciones ideológicas, aunque las de izquierda más radical tienen pocas posibilidades en una sociedad conservadora como la guatemalteca. Asimismo, por primera vez los guatemaltecos residentes en cuatro ciudades en Estados Unidos podrán votar. Finalmente, pese a algunas críticas, la organización general por parte del Tribunal Supremo Electoral y la participación voluntaria de miles de guatemaltecos en las Juntas Electorales auguran que las elecciones se realizarán eficientemente y sin visos de fraude o manipulación

Uno de los mayores problemas políticos en Guatemala es el rápido desgaste de las autoridades electas. Existe la posibilidad de ingobernabilidad después de que el nuevo presidente o presidenta tome posesión en enero de 2020, dado que las encuestas prevén una alta fragmentación en el Congreso Nacional. Aunque los medios de comunicación nacionales y extranjeros se enfocan en los candidatos presidenciales, es realmente la elección de diputados al Congreso Nacional la que puede determinar el futuro de la democracia en Guatemala. Quienes resulten electos como diputados tendrán la responsabilidad de mejorar la imagen de esa institución ante los ojos de los guatemaltecos, coadyuvando así a la eventual recomposición del sistema político guatemalteco y el fortalecimiento de la frágil democracia en ese país. 

¿Qué te ha parecido el artículo?
Participación