18 de Marzo de 2019, 21:31
Las elecciones al Parlamento Europeo (PE) que se celebran en mayo están atrayendo más atención de la habitual. Una de las razones es que se espera que las fuerzas anti-establishment y euroescépticas (especialmente de derechas) aumenten notablemente su representación. Según las encuestas, la suma de estos partidos podría alcanzar entre el 25% y el 30% de los votos, y cuatro de los cinco partidos con más diputados serán fuerzas euroescépticas. Éstos son, de mayor a menor número de diputados y de acuerdo con las proyecciones, la Liga Norte (Italia), Ley y Justicia (Polonia), el Movimiento Cinco Estrellas (Italia) y el Frente Nacional (Francia).
Existen principalmente cuatro grupos en el Parlamento Europeo que integran partidos en mayor o menor medida críticos con la Unión Europea. En el extremo derecho del espectro ideológico encontramos al grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, en sus siglas en inglés), el grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa (EFDD) y Europa de las Naciones y las Libertades (ENF). Al otro lado, en el extremo izquierdo, se encuentra el grupo confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL).
Los primeros (a la derecha de los conservadores del Partido Popular Europeo) se oponen de forma más frontal al proceso de integración europea en todos los ámbitos (quizás con matices en relación al ECR), enfatizando especialmente su rechazo a la inmigración y defendiendo la soberanía nacional. Los segundos (a la izquierda de la socialdemocracia) son especialmente críticos con la dimensión económica de la Unión Europea (UE), que consideran sesgada en favor del neoliberalismo y carente, por tanto, de una sensibilidad social y redistributiva suficiente. De acuerdo con útiles distinciones analíticas, los partidos de derecha radical serían eurófobos y en la izquierda hablaríamos de euroescépticos positivos o eurocríticos.
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Con el objetivo de comprender la diversidad que hay dentro de los distintos grupos del Parlamento Europeo, a continuación analizamos las posiciones ideológicas de los partidos anti-establishment más importantes, así como sus patrones de voto durante la última legislatura en el PE, concretamente cuestiones económicas.
La oferta ideológica
Dado que la mayoría de los partidos euroescépticos coinciden en su rechazo a la integración europea y la inmigración, en los siguientes gráficos mostramos su posicionamiento en estos dos ámbitos. Para ello, utilizamos datos de la Chapel Hill Expert Survey (CHES), una encuesta de expertos que cuantifica las posiciones ideológicas de los partidos en Europa en relación a una multitud de cuestiones.
Tal y como se observa en el primer gráfico, la mayoría de estos partidos comparte su rechazo a la integración europea, independientemente del grupo al que pertenezcan en el PE. En la parte izquierda del gráfico vemos que casi todos (excepto los de izquierdas) se encuentran entre el 1 y el 2, es decir, en posiciones frontalmente opuestas a la integración europea.
El lado derecho del gráfico muestra cuán importantes son programáticamente las cuestiones relacionadas con la integración europea para estos partidos. En este caso, los partidos de derecha radical son los que otorgan una mayor importancia a la integración europea, con partidos como Ukip (Reino Unido), el Frente Nacional (FN) francés, la Liga Norte (Lega) en Italia y el Partido por la Libertad (PVV) holandés ocupando las primeras posiciones. En partidos como los Demócratas Suecos (SD) y, particularmente, el Partido Popular Danés (DPP), que han crecido a base de su discurso anti-inmigración, la cuestión de la integración europea parece ser menos relevante.
El segundo gráfico se centra exclusivamente en las posiciones respecto a la inmigración. En esta ocasión, todos los partidos radicales de derechas se sitúan en el polo anti-inmigración, en la posición más extrema de la escala. El Movimiento Cinco Estrellas, un partido con posiciones contradictorias, muy heterogéneo ideológicamente y que no ha parado de bajar en las encuestas desde que ganó las elecciones en marzo de 2018, se ubica en una posición intermedia.
Podemos y Syriza, en cambio, se aproximan positivamente a la inmigración. La parte derecha del gráfico muestra, como era de prever, que este asunto es muy importante para todos los partidos, pero especialmente para los de derecha radical. Por tanto, no parece que el hecho de formar parte de un grupo u otro en el Parlamento Europeo atienda a razones estrictamente ideológicas, ya que distintos partidos, perteneciente a diferentes grupos en el PE, se posicionan de forma muy similar respecto a la Unión Europea o la inmigración.
Por otro lado, si nos centramos en las propuestas económicas sí que observamos una mayor variedad. Tres partidos que tradicionalmente situamos en la derecha más conservadora o derecha radical (el Frente Nacional en Francia, el Danish Peoples Party en Dinamarca y Ley y Justicia PiS en Polonia) se posicionan en posiciones entre el 2,5 y el 5, es decir, en el ámbito del centro izquierda. Otros partidos, como los Demócratas Suecos, el PVV en Holanda o el FPÖ en Austria también se sitúan cercanos al centro en las cuestiones económicas. Por tanto, aunque en su momento Kitschelt y McGann consideraran que la combinación de posiciones autoritarias en la dimensión cultural y con propuestas ultra-liberales en lo económico era la fórmula ganadora de estos partidos, esto parece haber ido cambiando en algunos casos.
Los datos del CHES encajan con investigaciones recientes que sugieren que, tras la proletarización del electorado de la derecha radical (y el re-alineamiento político a gran escala que se viene produciendo en las democracias capitalistas en las últimas décadas), la nueva fórmula ganadora pasa por combinar el tradicionalismo cultural con posiciones económicas más 'centristas' (a menudo, chovinistas y proteccionistas). Otros sugieren que los partidos de derecha radical ofrecen un proyecto económico ambiguo y a menudo contradictorio con el objetivo de atraer a un mayor número de votantes mediante su agenda nativista.
Los patrones de voto
Sin embargo, conviene ir más allá de los datos de esta encuesta de expertos y observar qué ha sucedido con estos partidos en las distintas votaciones en el Parlamento Europeo durante la última legislatura. Al menos cuando nos centramos en los asuntos económicos y de comercio internacional, la imagen es bastante difusa. Los siguientes gráficos muestran que los partidos de derecha radical no son capaces de coordinarse en algunas votaciones, ni a nivel intra-grupo (entre los partidos de un mismo grupo parlamentario) ni inter-grupo (entre los distintos grupos del PE que integran partidos de este tipo). Aunque es cierto que estos gráficos no muestran todas y cada una de las votaciones de esta legislatura, hemos tratado de incluir algunas de las más relevantes.
En relación a los asuntos económicos y monetarios, el gráfico 3 muestra que el partido polaco Ley y Justicia (PiS) y el Partido Popular Danés (DPP) votan a favor de la unión del mercado de capitales y sobre una directiva relativa a los mercados de instrumentos financieros. Además, en otras ocasiones se abstienen, como sucedió en una resolución sobre los poderes del Banco Central Europeo para imponer sanciones, aprobada en 2014 por el PE. En cambio, en relación a los partidos eurocríticos en la izquierda, que se agrupan todos en un mismo grupo, sus dos partidos más importantes (Podemos y Syriza) votan de forma más congruente en distintas ocasiones.
En lo relacionado con el comercio internacional, la división entre los distintos grupos es todavía más evidente. El Partido Popular Danés (DPP) y el partido polaco Ley y Justicia (PiS), ambos parte del grupo del ECR en el Parlamento Europeo, han sido favorables al comercio internacional y a la aprobación o toma en consideración de distintos apoyos de libre comercio. En el caso del grupo del EFDD, los Demócratas Suecos han votado a favor del comercio internacional en determinadas ocasiones, así como el Movimiento Cinco Estrellas.
El hecho de pertenecer a países con economías abiertas muy dependientes del comercio internacional, como Dinamarca o Suecia, puede hacer que estos partidos a veces sean favorables a los acuerdos de libre comercio. En julio de 2018, los dos diputados de los Demócratas Suecos abandonaron el EFDD para unirse al ECR.
Otro ejemplo de la fragilidad e inestabilidad de los grupos en la derecha radical lo constituyen los movimientos que se dan en una sola legislatura. Por ejemplo, en marzo de 2016 el AfD fue expulsado del ECR. Una de sus diputadas, Beatrix von Storch, se unió al EFDD y otro, Marcus Pretzell, al ENF, y los cinco restantes crearon un partido algo más moderado (Liberal Conservative Reformers) que permaneció en el ECR.
En definitiva, más allá del resultado que puedan cosechar los partidos euroescépticos en las próximas elecciones europeas, está por ver en qué medida serán capaces de coordinar sus propuestas contrarias a la profundización de la integración europea y cuestionar, de paso, su modelo económico y social. El pasado reciente sugiere que no lo tendrán fácil.