La renovación en su liderazgo puede haber despertado la curiosidad acerca de la ubicación del Partido Popular (PP) en la dimensión izquierda-derecha. Esta fuerza política es la derecha parlamentaria en España dado que, desde 1993, con el declive del Centro Democrático y Social (CDS), es el único representante de ámbito estatal de las familias conservadora y cristianodemócrata en el Congreso de los Diputados, donde tampoco han estado presentes partidos de extrema derecha.
¿Este monopolio del espacio parlamentario de la derecha significa que el Partido Popular es muy de derechas? Los datos indican lo contrario, como cabría esperar observando las ubicaciones del electorado español en este eje de competición.
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Si comparamos el PP con la fuerza conservadora o cristianodémocrata con más escaños en el Parlamento nacional de cada uno de los estados de la UE-15, se evidencia que la derecha española es de las más centradas de Europa occidental, más parecida a la sueca y la finesa que a la francesa o la británica.
Gráfico. Posición en la dimensión izquierda-derecha de los partidos conservadores o cristianodemócratas con más escaños en los parlamentos de la UE-15
Fuente: Manifesto Project. Media del índice RILE de las dos últimas elecciones para las que se ofrecen datos, todas posteriores a 2006. Acrónimos: CDS-PP (Partido del Centro Democrático Social-Partido Popular, cristianodemócrata), KF (Partido Popular Conservador), CDA (Llamada Demócrata Cristiana), PdL (El Pueblo de la Libertad, conservador), CD&V (Cristiano Demócrata y Flamenco), LR (Los Republicanos, conservador), ND (Nueva Democracia, cristianodemócrata), CDU/CSU (Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana, cristianodemócrata), ÖVP (Partido Popular Austríaco, cristianodemócrata), KK (Coalición Nacional, conservador), CSV/PCS (Partido Popular Social Cristiano, cristianodemócrata), MSP (Partido Moderado, conservador). El PP es un partido conservador y Fine Gael, cristianodemócrata.
Estos datos pueden sorprendernos porque estamos más familiarizados con ubicaciones de los partidos en el espacio izquierda-derecha basadas en sus valores más liberales o autoritarios y en sus preferencias sobre el nivel de intervención pública en la economía. El índice empleado aquí está capturando la importancia relativa de los distintos indicadores no sólo culturales y económicos, sino también sociales y de otra naturaleza hasta cubrir la totalidad de los posicionamientos que pueden estar vinculados a posiciones de derecha o de izquierda. Asimismo, se calcula a partir de la posición programática oficial de los partidos, sin intermediación de las percepciones de sus parlamentarios, de expertos o del propio electorado, a fin de incrementar el potencial comparativo o poder capturar con precisión las variaciones entre países y en el tiempo.
La clave de la sorpresa en el caso del PP puede estar relacionada con una particularidad de la competición en España. En este país, la oferta programática se construye sobre el compromiso de mantener el grueso de las políticas sociales o de preservar el núcleo del Estado de Bienestar. En la UE-15, únicamente en Grecia, donde nunca se han introducido menciones contrarias a la intervención pública en materia de bienestar en los programas de los partidos parlamentarios, la oferta ha sido menos crítica con la expansión de la protección social. Además, los grandes partidos españoles de ámbito estatal, incluidos Ciudadanos [fuerza liberal con un RILE próximo al del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)] y Podemos han coincidido en dar importancia a estos asuntos en las elecciones generales, a pesar de que la mayoría de las políticas sociales son competencia de las comunidades autónomas.
En otras palabras, en general el PP ha procurado prestar poca atención a asuntos posicionales de derecha, centrando su oferta en temas transversales, sobre los que trata de mejorar su marca presentándose como el partido con mejores resultados o mayor solvencia para garantizar bienes públicos como, por ejemplo, las pensiones. Esto me lleva a una reflexión final. No es la ubicación de sus propuestas sobre políticas sino, además de los casos de corrupción, su énfasis y sus posiciones en asuntos vinculados a la identidad nacional española lo que puede estar reduciendo el atractivo electoral del PP. Como apuntó un brillante ponente en un curso de verano que tuve ocasión de organizar esta semana, qué bueno sería que se entendiese que buen patriota es quien preserva (al menos) el modelo social de crecimiento y bienestar.