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Por qué Contexto Económico

Marc López Plana, Jordi Sevilla

6 de Abril de 2018, 07:23

Los cambios sociales y económicos se suceden hoy a una velocidad superior a la que nuestra sociedad –ciudadanos e instituciones- necesita para adaptarse. El principal riesgo, entonces, es que la inacción política y el bloqueo institucional acaben cerrando ventanas de oportunidad para afrontar los retos que tenemos por delante. CONTEXTO ECONÓMICO, iniciativa de LLORENTE & CUENCA y Agenda Pública, pretende ser un espacio ordenado para que la sociedad civil contribuya ofreciendo herramientas y proponiendo soluciones viables diseñadas desde el análisis riguroso de la realidad. Buscamos crear entornos en los que los actores que participan en el proceso de decisión de las políticas públicas puedan generar propuestas serias, factibles y contrastadas. A partir de hoy aspiramos a reunir una inteligencia plural que incorpore a todas aquellas personas que, desde el mundo académico, pero también empresarial, político, económico, sindical, etcétera, se enfrentan cada día a la realidad teniendo que decidir en medio de la incertidumbre dominante. Buscamos, por tanto, impulsar en España un debate abierto, plural, riguroso y respetuoso con el diferente. Un debate innovador dirigido a canalizar todo el abundante talento existente en la sociedad que no podemos permitirnos desaprovechar. Un debate que destierre el insulto, la descalificación, la prepotencia y fomente la discusión con argumentos. El capitalismo está siendo reconfigurado con gran intensidad por un cambio que impulsan tres vectores: la necesidad de poner freno al cambio climático desatado por la acción humana; la globalización, que ha creado un verdadero mercado mundial; y la nueva revolución tecnológica asociada a la digitalización, la automatización, los algoritmos y el big data. Todo ello está construyendo un mundo en el que el capital y el trabajo se articulan de manera muy diferente a como lo hacían hace apenas 20 años. Y los cambios, lejos de detenerse, continúan, abriendo paso a la distopía si no conseguimos ajustar mejor el ritmo de evolución de las fuerzas productivas y las necesidades y posibilidades de absorción del mismo por parte de la sociedad y las instituciones. Echamos de menos una lectura común sobre la realidad sin la que es imposible enmarcar un proceso colectivo de búsqueda de soluciones. Se extiende la sensación de que demasiadas cosas se nos están yendo de las manos como sociedad, en una reflexión que nos apela a todos porque va más allá de los partidos políticos y las instituciones tradicionales. Ante esto queremos reivindicar la necesidad de una nueva Ilustración que sitúe la razón en el puesto de mando de los debates en la esfera pública. Somos conscientes de que buscar soluciones practicables exige la generación de grandes áreas de diálogo y consenso a partir del análisis de las opciones existentes y de sus consecuencias. Queremos contribuir a ello, mejorando el debate en torno a los grandes temas de nuestra economía, en un diálogo intergeneracional entre el sector público, el empresarial, el político y el académico. En los asuntos públicos, también es posible aplicar el método científico a la hora de estudiar problemas, evaluar políticas y establecer propuestas de solución. Pero es difícil que exista una sola respuesta, y cada una de ellas afecta de manera distinta a los diferentes grupos sociales concernidos. La decisión final será, pues, política y se alcanzará mediante procedimientos democráticos. Pero presentar con rigor las opciones entre las que hay que elegir está al alcance de la sociedad civil, y a ello queremos contribuir. La economía española arrastra desde hace años debilidades más allá de la grave crisis sufrida. Los principales desafíos que tenemos por delante como país se enmarcan bajo dos epígrafes: cerrar heridas del pasado (persistente desigualdad, empleo, estabilidad presupuestaria…) y ganar el futuro (la digitalización de la economía y la sociedad, el cambio climático…), elementos todos ellos de una agenda modernizadora que sigue en la lista de tareas pendientes y que el debate público está orillando. Y todos estos retos se enmarcan en una España cuyo futuro no se puede desligar de la Unión Europea. Tras los estragos causados por la mayor crisis económica de las últimas décadas, el proyecto europeo, y de forma especial la eurozona, debe tener más fuerza que nunca, impulsando propuestas de avance y fortaleza en las que el papel de España debe ser de claro protagonismo. No hacer nada no es una opción; sobre todo si, con ello, permitimos que crezca en nuestra sociedad perpleja un populismo destructor de las instituciones democráticas. Queremos movilizarnos para transformar el temor, la desconfianza, el desencanto o la crítica en una propuesta para la acción positiva. Nos va mucho en ello. A todos.
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