12 de Diciembre de 2017, 05:12
Responsabilidad y renovación. Esas fueran las dos palabras que más destacaron del discurso que durante más de una hora pronunció el líder de los socialdemócratas, Martin Schulz, durante el congreso del partido en Berlín el pasado jueves 7 de diciembre. Responsabilidad para poner al país por delante de los intereses del partido y ser capaces de llegar a un acuerdo de gobierno con la CDU/CSU para los próximos cuatro años, y la renovación que necesita el partido tras obtener uno de los peores resultados electorales que se recuerdan.
Los delegados del SPD votaron a favor de la continuidad de Martin Schulz como presidente del partido, con un 81,9% de los votos y dieron luz verde a las negociaciones con la CDU/CSU, aunque mostraron un fuerte desgaste de la figura de Schulz, dado que en marzo obtuvo un 100% de los votos. Con este voto de confianza, Schulz busca ahora en la Unión Europea la solución a los problemas de su partido y de la socialdemocracia en general, y propuso en este mismo discurso la creación de los "Estados Unidos de Europa" para el año 2025, con un carácter federal y menos permisiva a los dictados de los mercados.
Tras las fallidas negociaciones entre CDU/CSU, FDP y Los Verdes para formar gobierno a través de la conocida como coalición Jamaica, la presión se había trasladado al partido socialdemócrata SPD, que a pesar de lo anunciado desde el mismo día de las elecciones el pasado 24 de septiembre, da un giro en su planteamiento inicial y busca ahora la manera de formar gobierno y cerrar este periodo de inestabilidad que ya empieza a afectar no sólo a Alemania, sino al conjunto de la Unión Europea.
Ante 600 delegados del partido, Schulz reconoció los malos resultados obtenidos en septiembre y pidió perdón por ello. Insistió en que ellos son los únicos culpables de la mala situación por la que están atravesando y repitió en varias ocasiones la necesidad de una renovación que devuelva a la socialdemocracia la importancia perdida durante los últimos años. No obstante, pidió a su partido que actuara con responsabilidad ante la situación por la que atraviesa el país. "Ahora nos toca a nosotros. No debemos gobernar a cualquier precio, pero tampoco queremos dejar de gobernar a cualquier precio. Lo determinante serán los temas que logremos imponer", señaló el líder del SPD, Martin Schulz.
El SPD es ahora un partido dividido. Existe miedo en el partido y desorientación por no saber qué dirección seguir. La sensación que se respira es de cierta derrota, y así se transmitía durante el discurso de Martin Schulz del pasado jueves. Tanto si se decide apoyar a la CDU de Merkel como si se apuesta por no hacerlo, la sensación es que el SPD sufrirá el desgaste por no haber tomado la decisión correcta y caerá aún más en las encuestas. El ala más de izquierda del partido está en contra de volver a prestar su apoyo a Merkel y las juventudes del partido (Jusos) también han expresado claramente su rechazo.
Una de las voces críticas con la repetición de la gran coalición es Manuela Schwesig, actual ministra-presidenta de la región del Meckelemburgo-Pomerania Occidental y ministra de Familia durante los años 2013-2017 dentro del gobierno de Angela Merkel. Así, en el programa de la televisión pública alemana ZDF Maybritt Illner, Schwesig manifestó sus dudas sobre la actual capacidad de liderazgo de la canciller Merkel y afirmó que los ciudadanos quieren a alguien que les diga cómo serán los próximos cinco o diez años en Alemania, Europa y en el mundo. Para ello, "me gustaría que hubiera un liderazgo más fuerte, sin embargo, tengo grandes dudas sobre si esto aún es posible con la señora Merkel".
Las propias juventudes del SPD (Jusos) también se han mostrado claramente contrarias a la repetición de un acuerdo de gobierno con la CDU y la CSU. Kevin Kühnert, elegido presidente el pasado 24 de noviembre, es otro de los críticos de una nueva gran coalición y uno de los impulsores del hashtag de Twitter del no a la gran coalición (#NoGroKo). En su intervención durante el Congreso de Berlín, Kühnert afirmó que el SPD sólo puede perder si llega a este acuerdo: "yo no me uní al SPD para chocar siempre con la misma pared". También achacó a la unión con la CDU/CSU los malos resultados electorales obtenidos por su partido en las últimas elecciones, y defendió que "la renovación del SPD será fuera de la gran coalición o no será".
En la encuesta realizada por Infratest dimap los días previos al Congreso de Berlín, sólo el 46% de los votantes del SPD considera como "buena o muy buena" la repetición de la gran coalición con la CDU/CSU, frente a un 51% que la considera como "menos buena o mala". En el caso de que fracasaran las negociaciones de coalición, se abrirían otros dos escenarios posibles: un gobierno en minoría de Angela Merkel o la convocatoria de unas nuevas elecciones. En este caso, es mayor la proporción de votantes del SPD que apuestan por el gobierno en minoría de la CDU/CSU 50% frente a 46%.
El próximo miércoles darán comienzo las negociaciones con la CDU y la CSU para tratar de llegar a un acuerdo. En las conversaciones participarán los líderes de los tres partidos CDU, CSU y SPD así como sus tres jefes de grupo en el Bundestag. No obstante, aún sería necesaria la consulta a los 440.000 afiliados del partido para que ratifiquen el pacto, al igual que hicieron en el año 2013.
Entre las principales condiciones para llegar a un acuerdo con la CDU destacan tres por encima del resto: no poner un límite superior al número de refugiados que soliciten su entrada en el país. un mayor gasto público para temas sociales y un cambio del proyecto europeo.
Uno de los aspectos clave en la política de Schulz es hacer del proyecto de la Unión Europea la piedra angular de su renovación. Según Heike Göbel, las prioridades para el futuro de Schulz son, en este orden "primero Europa, después el país y luego el partido". Como publicó en su cuenta de Twitter el líder socialdemócrata, "quiero un tratado constitucional europea que cree una Europa federal. Una Europa que no sea una amenaza para sus Estados miembros, sino un complemento útil". De este modo, pretende hacer una reforma de la UE hacia un modelo socialdemócrata y federal: los Estados Unidos de Europa en 2025. Schulz considera que una Europa más fuerte será beneficiosa para los intereses alemanes. Una Europa socialdemócrata que establezca sus propias condiciones y sea más estricta en cuestiones económicas: "quien quiera entrar en nuestro mercado, deberá aceptar nuestros estándares".
Sin embargo, Merkel ya ha mostrado su rechazo a la propuesta de Schulz, y considera que los objetivos actuales a los que debe enfrentarse la Unión Europea corresponden a "una mayor cooperación en políticas de defensa, exterior, investigación, educación o desarrollo".
Este inicio de las negociaciones abre tres posibles escenarios para el futuro: la reedición de la gran coalición, un gobierno en minoría de Angela Merkel con acuerdos puntuales del SPD y la repetición de las elecciones al Bundestag. Tras el desgaste del SPD después de ocho años de gran coalición con Angela Merkel años 2005-2009 y 2013-2017 y obtener el peor resultado desde el año 1949 con un 20,5% de los votos en septiembre, no parece que esta sea la mejor opción para los socialdemócratas ni para la propia CDU, que también ha sufrido una importante bajada en las encuestas.
Si repitieran la coalición, serían 12 de 16 años como socios de gobierno de Merkel y situarían al partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD en sus siglas en alemán) como la primera fuerza de la oposición en el Bundestag y uno de los principales beneficiados de la gran coalición, o como reflejó la portada de la revista Der Spiegel del pasado 2 de diciembre, "la pequeña coalición", de la cual tanto Angela Merkel como Martin Schulz aparecen como claros perdedores.