La adopción del Acuerdo de París en 2015 ha acelerado la adopción de medidas para hacer frente al cambio climático. España, como miembro de la Unión Europea, tiene el compromiso, junto al resto de estados miembros, de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Uno de los factores clave para alcanzar este objetivo es la descarbonización del sector eléctrico. Para ello, se requiere su rápida transformación, siendo necesaria la instalación de nueva capacidad de generación renovable y el abandono total de las energías de origen fósil, además de otras medidas en otros sectores.
De acuerdo con las previsiones contenidas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, a lo largo de la próxima década España verá prácticamente doblada la potencia de su parque generador renovable, pasando de los 60 GW de 2020 a los 115 GW en 2030. Las tecnologías que más verán aumentada su potencia instalada serán la eólica (+23 GW) y la fotovoltaica (+27 GW). El despliegue de ambas permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero gracias al desplazamiento del uso de energía de origen fósil. Sin embargo,
un despliegue a gran escala puede ocasionar importantes impactos sobre la biodiversidad y el territorio, causados principalmente por la pérdida o alteraciones de hábitats naturales, junto con los impactos en las especies y la ocupación de grandes extensiones de suelo.
Ante esta situación es necesario que se reconozca, se estudie y se entienda la profunda interrelación entre el despliegue masivo a gran escala de energía eólica y fotovoltaica y la conservación de la biodiversidad y el territorio. Por tanto, resulta fundamental explorar y entender cómo pueden prevenirse estos impactos potenciales, logrando conciliar el despliegue de energías renovables con la protección del medio ambiente.
[Con la colaboración de Red Eléctrica de España]
Si bien muchos estudios han cuantificado los impactos probables de la pérdida de biodiversidad impulsada por cambios en el clima,
aún son pocos los estudios que han evaluado en general el impacto en la biodiversidad por la extensión espacial requerida para la producción de energía limpia. Es claro que la
lucha contra el cambio climático no puede ser en detrimento de la biodiversidad, pues ambos son límites del planeta.
Por ello, en el
Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) hemos elaborado el informe titulado
'Cómo conciliar el despliegue de las renovables con la biodiversidad y el territorio', el cual analiza la manera de compatibilizar ambas necesidades. Para ello, en primer lugar, se hace un examen general de las cuestiones a tener en cuenta para lograr esa conciliación. Una de las principales conclusiones de esta primera parte es que se necesitan
procesos de planificación que integren los factores biodiversidad y territorio en los procesos de toma de decisiones.
En segundo lugar, el informe analiza los principales mecanismos e instrumentos jurídicos que se están utilizando y deberán utilizarse en España para lograr esa conciliación, además de analizar alguna experiencia comparada. Concretamente, el proceso de
Evaluación Ambiental Estratégica del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima incorporó recomendaciones para evitar los impactos sobre la biodiversidad, el territorio y otros elementos procedentes del despliegue de energías renovables previsto, necesario para cumplir con los compromisos adquiridos por España tanto en el plano internacional como de la Unión Europea. De manera análoga, el procedimiento de evaluación ambiental estratégica al que se está sometiendo el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía está considerando aspectos de sostenibilidad ambiental, además de los sociales y económicos. Al mismo tiempo, la planificación en materia energética de las comunidades autónomas es esencial. Sin embargo, no todas ellas están planificando con la exhaustividad debida en el proceso de elaboración de sus planes de energía y clima.
Otro elemento fundamental para garantizar que el despliegue masivo de generación renovable no se lleve a cabo en detrimento de la biodiversidad y del patrimonio natural es la
zonificación acompañada de cartografía que permita identificar, desde una etapa inicial, las áreas del territorio que presentan mayores condicionantes ambientales para la implantación de proyectos eólicos y fotovoltaicos a gran escala. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha elaborado una
herramienta cartográfica de este tipo en la que se han tenido en cuenta los principales factores considerados en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental.
Asimismo, es esencial contar con un marco jurídico-institucional que favorezca la evitación y la mitigación de los impactos en el territorio y el medio ambiente generados por los proyectos de energías renovables. En particular, es necesario que la legislación establezca qué tipo de proyectos de este tipo se consideran a gran escala. En el informe, recomendamos establecer, o bien oficinas responsables de autorizar la ubicación o emplazamiento de un proyecto, o bien una fase específica en el procedimiento de autorización del mismo para aprobar o autorizar su emplazamiento, teniendo en cuenta la planificación y la legislación vigente. A ese respecto, hay que mencionar que existen comunidades autónomas que ya han introducido un su normativa criterios para el emplazamiento de estos proyectos. En el informe se examinan algunas experiencias del uso de terrenos contaminados, antiguas minas y emplazamientos industriales para ubicar proyectos de energías renovables.
Es importante anotar que en este informe no se cuestiona que una mayor penetración de las renovables sea clave para la
descarbonización de la economía, así como tampoco se puede negar que dichas energías limpias tienen un enorme potencial de mitigación del cambio climático al impulsar el desuso y dejar atrás la dependencia de energía de origen fósil, lo que al mismo tiempo puede reducir la pérdida de biodiversidad. No obstante, es necesario destacar que
hay interacciones profundas y poco estudiadas entre la generación de energía renovable y la conservación de la biodiversidad; en particular, por la eventualidad de que los proyectos ocasionen importantes impactos negativos en la biodiversidad al interrumpir procesos y servicios ecosistémicos. Por ello, una mala planificación en la ubicación y la construcción de grandes parques eólicos y plantas fotovoltaicas puede tener importantes consecuencias medioambientales además de económicas, pues un emplazamiento inadecuado genera rechazo social y puede hacer inviable el proyecto.
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