Tanquetas¿Por qué no corrieron hacia las puertas esquivando los palos? ¿Por qué no se desplegaron como una marea desesperada, estirándose y comprimiéndose para sortear la seguridad y asaltar al enemigo? ¿Por qué algunos no fueron tirados al piso mientras otros saltaban por encima, superando la férrea guardia del Congreso que tacleaba a los invasores? Las imágenes de la toma del Congreso por parte del 'trumpismo', caminando despacio, subiendo tranquilamente por la explanada, descolgándose por los frentes del edificio ante la mirada indiferente de una veintena de policías contrasta con la militarización de la seguridad que rodeó a las movilizaciones de Black Lives Matter (BLM). Durante éstas, el ingreso a la zona protegida que conecta la Casa Blanca con el Capitolio constaba de un perímetro de tanquetas militares a cargo de la misma Guardia Nacional que había acordado proteger el Congreso.
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Las fuerzas federales que acosaron, gasearon y dispersaron la protesta de BLM, permitiendo que Donald Trump se fotografiara con una Biblia frente a la histórica Iglesia de St. John, son las mismas que estuvieron conspicuamente ausentes en la defensa de diputados y senadores que, en esta fecha constitucionalmente relevante, debieron abandonar el recinto. Las mismas Fuerzas de Seguridad que arremetieron contra mis hijos, amigos, vecinos y colegas unos meses antes son las que habilitaron el ingreso de hombres y mujeres adultos, armados, quienes intentaron alterar el resultado de la elección presidencial acosando a los representantes de ambos partidos. Son las Fuerzas de Seguridad que observaron pasivamente entrar y vandalizar el Congreso para frenar el trámite administrativo que certifica la elección de Biden como presidente. No hubo porras golpeando a los trumpistas, no hubo adolescentes frotándose los ojos para aliviar el ardor del gas pimienta, no hubo jubilados de 70 años desnucándose contra el arcén, perdiendo el equilibrio después de ser empujados por las Fuerzas de Seguridad; las mismas que llegaron temprano y entusiasmadas a la cita de junio y muy tarde y desganadas a la de enero.'Entitlement'El hecho de que las fuerzas federales llegaran horas después de que el trumpismo tomara por asalto el Congreso no debiera ser una sorpresa. El uso de fuerza excesiva contra quienes protestan pacíficamente porque Black Lives Matter ha sido consistentemente acompañado por la ausencia de acción e intención cuando quienes se movilizan son los supremacistas blancos en Charlottesville o Washington DC. No existe ningún actor político en la región metropolitana de Washington que no estuviera al tanto de los objetivos políticos de la movilización de los Proud Boys, que han recibido el apoyo tácito y logístico de gran parte de la política republicana. Son también estos niños orgullosos los que han recibido un apoyo explícito y moral de Donald Trump Jr. Sin embargo, es imposible no sacudir la cabeza al ver cómo la misma Policía que golpeó a adolescentes y arrestó a ancianos a mediados del 2020 sostiene del codo a quienes momentos antes habían destruido el Congreso, para que no se resbalen al bajar por las mismas escalinatas por las que habían subido horas antes. Una cosa es protestar contra la democracia, dicen las Fuerzas de Seguridad, y otra muy distinta es protestar contra nosotros.