24 de Noviembre de 2020, 20:17
¿Cómo explicar lo sucedido este fin de semana con la protesta ciudadana masiva contra el Congreso, reprimida por las Fuerzas de Seguridad? Es necesario contextualizar el sistema de partidos, una breve cronología y, finalmente, la correlación de fuerzas en el país.
Congreso fragmentado, pero sin oposición efectiva
Este escenario ha permitido que se postulara y eligiera la Junta Directiva del Legislativo para 2021. Con 19 bancadas partidarias, tres de ellas divididas internamente y un bloque independiente, el oficialismo ha reunido la mayoría de votos para respaldar su agenda. En esta ocasión fueron 105 votos del total de 160, con cinco bancadas pequeñas y diputados independientes de oposición, que si bien han tenido una posición fiscalizadora difícilmente alcanza el peso requerido para ejercer un contrapeso significativo.
La Constitución Política de la República y la ley orgánica del Presupuesto establecen que, en noviembre, el Congreso debe aprobar, modificar o rechazar el proyecto presupuestario. Esta semana pasada, la Comisión de Finanzas del Legislativo dictaminó favorablemente, con modificaciones a algunas asignaciones. Aunque técnicamente se cumplió con los pasos, la opacidad del procedimiento se evidenció al concluirse la votación en la madrugada del miércoles 18 de noviembre.
La manifestación del sábado
Los sucesos antes descritos generaron rechazo y una convoctoria para manifestarse este pasado fin de semana. La indignación creció. Este mes, comunidades del noreste del país han quedado inundadas e incomunicadas tras el paso de los huracanes 'Eta' y 'Iota'. Lo anterior contrasta el aumento de las asignaciones para alimentación en el Legislativo y con las reducciones del presupuesto para hospitales.
En septiembre, se levantaron las restricciones derivadas del estado de calamidad por la crisis sanitaria. Desde esa fecha, se restableció el derecho de reunión, pero siguen siendo alto el riesgo de contagios por Covid-19. Sin embargo, la manifestación principal en la ciudad de Guatemala reunió a más de 5.000 personas, replicándose las protestas en el interior del país.
Un grupo de manifestantes irrumpió en el Congreso y provocó un incendio en parte de las instalaciones, lo que ha generado críticas en sectores de la población. Este hecho también provocó, al final de la jornada, la Policía Nacional reprimiera con gases lacrimógenos a los manifestantes que se encontraban en la plaza central y detuviera a varias personas que no necesariamente habrían participado en esos actos.
Correlación de fuerzas
El sábado el presidente, Alejandro Giammattei, anunció la revisión del proyecto de Presupuesto y convocó a sectores de la sociedad civil, lo que en algunos medios se ha interpretado como una salida mediática. Una de las demandas de los manifestantes era que el presidente vetara las cuentas aprobadas, pero en la cadena nacional justificó su negativa a hacerlo.
El domingo, antes de medianoche, se reunieron en instalaciones militares los miembros de la Junta Directiva del Congreso y los jefes de bloque afines al oficialismo, y definieron las manifestaciones como actos terroristas y producto de la manipulación. El presidente del Congreso afirmó incluso que se estaba gestando un intento de golpe de Estado. No obstante, acordaron suspender el trámite presupuestario, es decir, no remitirlo al Organismo Ejecutivo.
La relación entre el Gobierno y la coalición legislativa afín ha demostrado ser efectiva. Esta semana también se ha iniciado el proceso de reforma de la Ley de Acceso a la Información Pública, función conferida a la figura del Procurador de los Derechos Humanos (PDH), para trasladarlo a una Secretaría del Ejecutivo. Tras un año sin elegir magistrados de la Corte Suprema de Justicia y las salas de Apelaciones, y próximos a elegir la Corte de Constitucionalidad en 2021, este Congreso tendrá las decisiones en sus manos.
El uso excesivo de la fuerza pública, la legislación regresiva y la opacidad en los procesos hace creíble la amenaza de que el país se quede sin contrapesos políticos.