El Congreso peruano acaba de vacar por incapacidad moral permanente a Martín Vizcarra. Se requerían 87 votos del Congreso unicameral, integrado por 130 congresistas de nueve partidos políticos. Votaron a favor 105.
Este segundo proceso de vacancia se inició el 20 de octubre impulsado por el partido Unión por el Perú, con el 9% de los escaños y vinculado a Antauro Humala, que purga condena en la cárcel hasta el año 2026. Los medios han dado cuenta de
audios en los que daba instrucciones a sus congresistas para destituir a Vizcarra.
Días antes, un diario citó testimonios de aspirantes a colaboradores eficaces que señalaban que Martín Vizcarra, entonces gobernador de Moquegua, habría recibido
sobornos a cambio de favorecer a empresas constructoras vinculadas al Club de la Construcción. Este domingo se publicaron en diversos medios de comunicación conversaciones de WhatsApp entre el presidente Vizcarra y el ex ministro José Manuel Hernández desde 2013. Éstas demostrarían la coordinación con miembros de las empresas constructoras desde 2017, para asumir la Presidencia si prosperaba la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski. ¿Podía Vizcarra continuar como jefe del Estado y ser paralelamente investigado? Ciento cinco congresistas consideraron que no. Aunque en las intervenciones se habló de la gestión de la pandemia, de las normas que el Ejecutivo ha vetado y de otros argumentos, la fundamentación de la vacancia se basa en las acusaciones aludidas, que son materia de la investigación fiscal. Sólo un grupo minoritario de congresistas consideró que Vizcarra debía mantenerse en el cargo hasta el término de su mandato, en julio de 2021, y atender a las investigaciones después de esa fecha.
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No es la primera vez que el presidente del Congreso asume la Presidencia de la República. Ocurrió en 2000, en un contexto totalmente diferente. Alberto Fujimori fue vacado y, al aceptar el Congreso las renuncias de los vicepresidentes, Valentín Paniagua, de Acción Popular, asumió el cargo.
La sucesión presidencial está prevista en el artículo 115 de la
Constitución Política del Estado. Por impedimento de los vicepresidentes, asume el presidente del Congreso. Si el impedimento es permanente, éste convoca elecciones de inmediato, aunque en este caso los comicios ya habían sido convocados por Vizcarra.
La destitución se ha producido a cinco meses de la celebración de esos comicios generales que, irónicamente, son los del bicentenario de la independencia.
La inestabilidad política ha sido la regla en la democracia peruana. Gobiernos sin mayoría en el siglo XX terminaron en golpes de estado. En el siglo XXI, esos gobiernos sin mayoría han sorteado coaliciones opositoras.
El hiper-presidencialismo peruano es una leyenda cuando no se cuenta con apoyo en el Congreso. Formar una coalición opositora de dos tercios del Congreso unicameral y una narrativa que configure la incapacidad moral es suficiente para vacar al presidente. Desde 2016, se han presentado cuatro de estas mociones de censura, que derribaron a dos presidentes. Esta vez, el presidente del Poder legislativo, Manuel Merino, asume como jefe del Estado interino y en abril se elegirá al nuevo presidente. De esta forma, Perú habrá tenido cuatro presidentes en cinco años.
En el discurso de asunción de mando como presidente de la República, Merino, congresista de Acción Popular por Tumbes, ha confirmado que las elecciones se celebrarán según el cronograma previsto. En las semanas siguientes, habrá de atender el debate y aprobación de la Ley de Presupuesto para el año 2021, así como el veto a las normas aprobadas por el Congreso que presidía y que, según el Ministerio de Economía y Finanzas, afectaban el equilibrio presupuestario. A la hora de escribir estas líneas, el presidente interino Merino no cuenta con gabinete y la mayor expectación la suscita la identidad de los próximos ministros de Economía y Salud.
Vizcarra dejó anoche el Palacio de Gobierno y anunció que no presentaría ninguna acción legal. Sin embargo, se encuentra pendiente la demanda de competencia ante el Tribunal Constitucional sobre la vacancia que libró en el mes de setiembre. Esta institución resolvió no atender la medida cautelar solicitada por el Ejecutivo al considerar que la vacancia no era inminente.
Vizcarra se va con más de 50% de popularidad, porcentaje inusualmente alto en el Perú. Se despidió en su cuenta de Twitter con el siguiente mensaje: "Querido Pueblo Peruano, durante estos dos años y ocho meses de gobierno ustedes han sido mi mayor soporte y fortaleza. Juntos construimos este camino, a pesar de la adversidad. Me voy con la conciencia tranquila, la frente en alto y el deber cumplido. Hasta otra oportunidad".
La lección que deja este quinquenio es que el apoyo parlamentario es fundamental para la gobernabilidad democrática.
El presidente que salga elegido el año que viene debe tener claro que la aprobación popular (por alta que ésta sea) no basta para gobernar. Una democracia sin partidos se deteriora cuando el presidente no tiene una bancada que respalde sus decisiones y su permanencia en el cargo.