2015 marca un hito en la transición hacia una Europa sostenible, tanto desde el punto de vista climático como social:
Y uno para 2050: la neutralidad climática, recogida en la European Climate Law (2020)
Dos mega-compromisos, por tanto: Los 17 ODS y la neutralidad climática para 2050. Las cuestiones son esto cuánto cuesta y quién lo paga.
[Con la colaboración de Red Eléctrica de España]
Centrándonos en los objetivos climáticos para Europa, la propia Comisión Europea calcula que serán necesarios 260.000 millones de euros adicionales cada año hasta 2030 para alcanzar los compromisos del Acuerdo de París; adicionales a lo que ya se está invirtiendo en transformar los sectores del transporte, la energía y el agua y residuos No parece que los estados, ni el Banco Europeo de Inversiones ni los organismos internacionales puedan hacerse cargo solos de la factura Por otro lado, el sector financiero dispone de 100 billones (trillions) de euros en activos, lo que supone a priori un gran potencial inversor. Pero, ¿es suficiente con que haya una necesidad de inversión para que el sector privado se involucre? ¿No deben ser las políticas públicas financiadas con fondos públicas?
Por otro lado, la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) del Financial Stability Board identifica que el cambio climático puede suponer, y supone, una fuente de riesgos para el sector financiero que clasifica en dos grandes grupos:
Recuperados, más o menos, de las crisis de 2008, lo último que quieren las autoridades y el sistema financiero son nuevas vulnerabilidades. Así que estas dos fuerzas combinadas impulsan la elaboración del llamado Plan de Acción de Finanzas Sostenibles, aprobado por la Comisión Europea en 2018. Por un lado, la necesidad de financiar la transición energética (financiar la sostenibilidad) y, por otro, integrar esa sostenibilidad en la gestión financiera (finanzas sostenibles). Se añade un tercer objetivo, que es fomentar la transparencia y el 'largoplacismo': alargar los plazos para que la exigencia de resultados a corto no hipoteque las necesidades de inversión y financiación a largo para nuevas tecnologías, innovación, maduración de grandes proyectos, capacitación, etc; y dotar de transparencia a la información divulgada para que tanto inversores como reguladores puedan tomar las mejores decisiones.
Estos tres grandes objetivos se desgranan en 10 acciones que, de manera esquemática, se presentan aquí:
La más relevante en un primer momento es la definición de una taxonomía que identifique de manera inequívoca qué es y qué no es verde. En torno a ella pivotarán muchas del resto de líneas de actuación, como la definición de etiquetas, certificaciones, benchmarks, etc. que ayudarán a canalizar fondos hacia proyectos sostenibles.
Se incluye también un bloque importante de iniciativas relativas a la información y divulgación del impacto ambiental y social de las inversiones: la información debida al inversor y el deber fiduciario.
Y un tercer bloque, por desarrollar, que afecta al corazón de la regulación prudencial, al intentar incorporar la sostenibilidad en la ponderación de los riesgos. ¿Es un proyecto verde, por el hecho de serlo, ceteris paribus, más rentable que uno marrón? ¿Habría que infraponderar los proyectos marrones? Esto supone la introducción de los llamados green-supporting o brown-penalizing factors, que sobreponderan o infraponderan los riesgos en función de lo verde o lo marrón de la operación.
Posteriormente a la publicación del Plan de Finanzas Sostenibles, la recién nombrada Comisión Europea asume el European Green Deal como la hoja de ruta para la UE, donde recoge sus ambiciones ambientales y climáticas. La Unión es consciente de que los fondos públicos no son suficientes y de que es necesaria una reorientación sistémica de los flujos de financiación privada para afrontar esta ambición. Por ello, el propio Green Deal prevé ya una revisión del Plan de Finanzas Sostenibles para:
Con todo lo anterior, ¿cuáles son los factores de éxito para que el Plan de Finanzas Sostenibles alcance sus objetivos? Podemos identificar tres, íntimamente inter-relacionados:
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Y, ¿qué riesgos pueden amenazar el éxito del Plan?
En este ámbito, como creo que en el resto de asuntos relativos al cambio climático, se identifican dos principales:
Existen muchas razones para sentirnos orgullosos de formar parte de la Unión Europea. Y creo que su compromiso y decidida acción en favor de la transición climática es sin duda uno de ellos.
(Este análisis forma parte del proyecto 'Green Deal. La oportunidad de Europa', producido por Funcas y Agenda Pública con el apoyo de 'Hablamos de Europa')