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Europa se parte en dos ante el virus y sus consecuencias económicas

Pierre-André Buigues

6 mins - 25 de Mayo de 2020, 19:43

Ante el coronavirus, Europa esta partida en dos. Los países del sur concentran casi los dos tercios de los fallecidos por la pandemia, mientras que los del norte están menos afectados. Desgraciadamente, los primeros no sólo están mas afectados por el virus, sino que también están enfermos por su deuda, que aumenta constantemente, y de la debilidad de su crecimiento desde la crisis de 2008. Las consecuencias económicas del coronavirus corren el riesgo de agravar todavía mas la fractura norte-sur en la Unión Europea, lo que podría acarrear consecuencias políticas muy serias.
 
Ante todo, la diferencia en las tasas de mortalidad del virus entre el norte y el sur es espectacular: por un lado, a 1 de mayo, hay 525 muertos por esta causa por millón de habitantes en España, 436 en Italia y 374 en Francia, por los 79 en Alemania, los 65 en Austria y los 78 en Dinamarca.

Las consecuencias económicas del virus afectarán más al sur europeo, con su alta tasa de paro y débil crecimiento, que al norte, que podría recuperar bastante rápidamente su competitividad. La situación sanitaria y económica de Francia la coloca claramente del lado de los países sureños. Por lo que se refiere a éstos, cabe destacar dos elementos esenciales:

Deuda importante que limita el margen de maniobra presupuestario
Las diferencias en el nivel de deuda pública entre unos y otros pesarán sin duda en su capacidad de recuperación a la salida de la crisis sanitaria. En 2019, representaba alrededor del 100% del Producto Interior Bruto (PIB) para Francia y España, y cerca del 140% para Italia. Desde la crisis de 2008, estas tasas de endeudamiento han aumentado 30 puntos de PIB en Italia y Francia y 57 puntos en España.

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Por el contrario, los países del norte disponen de un margen presupuestario consecuente para amortiguar los efectos nefastos de la pandemia sobre el crecimiento económico. Su tasa de endeudamiento está a un nivel razonable: Alemania (58,2% del PIB), Austria (69,9%), menos del 50% para Dinamarca, Suecia y los Países Bajos. Desde la crisis de 2008, esta tasa ha disminuido o se ha estabilizado.

Todos los países europeos van a utilizar el arma presupuestaria para reactivar la economía a la salida de la pandemia, pero los importes de los planes de apoyo dependerán del margen de maniobra del que dispongan. En Alemania, estos importes representarían el 4,4% del PIB, un poco menos que en Francia (4,1%) y mucho menos que en Italia o España (sólo alrededor del 1,4%), ya que ambos están fuertemente perjudicados por el nivel de su deuda.

Un crecimiento anémico en los países que dependen del turismo
Como consecuencia de la pandemia, la recesión será importante. Durante el confinamiento, una parte importante de la riqueza no ha podido ser generada y gran parte de ella riqueza se perderá para siempre. Es el caso de las actividades de servicios, y en el sur éstos son esenciales para la economía.

Según el Banco Mundial, el turismo representa el 9% del PIB en Francia, casi tanto como su sector industrial, el 13,1% en Italia, el 14,9% en España, el 17,8% en Portugal y el 20,2% en Grecia. El turismo es precisamente el sector más tocado por el coronavirus. Por ello, es lógico que el retroceso del PIB durante el primer trimestre de 2020 sea del -3,8% en la zona euro, pero mucho mayor en el sur: -5,8% en Francia, -5,2% en España y -4,7% en Italia (según los datos de Banco Central Europeo, BCE, publicados el 30 de abril). Ciertamente la economía alemana, debido a su comercio exterior, sufrirá del hundimiento del comercio mundial. La Comisión Europea prevé que el nivel de las importaciones globales puede bajar del 10% este año. Sin embargo, los productos alemanes tienen una posición muy fuerte en los mercados de exportación (maquinaria, automóviles de gama alta) y deberían ser los primeros en beneficiarse de la recuperación del comercio internacional.



Los países del sur como España, Italia, Portugal y Grecia, y también en gran medida Francia, no han resistido tan bien la crisis financiera de 2008. Desde 2000, su PIB per cápita ha disminuido con respecto al promedio europeo, mientras que los del norte han experimentado, en general, un aumento de su riqueza per cápita con respecto a ese promedio. En cuanto al poder adquisitivo, con respecto a la media europea y en el periodo 2000/2019, Francia se ha empobrecido (-2,7%) menos que Italia o Grecia (-14%), mientras Alemania ha mejorado un 7,7 % y Austria, 6,7%.

Una reactivación económica asimétrica que plantea riesgos políticos
 Cuando acabe la crisis sanitaria, la zona euro debería conocer una reactivación económica asimétrica: los países del norte irán mas rápido, con una tasa más fuerte, y los del sur tendrán seguramente una recuperación mucho más difícil. La Comisión Europea anticipa una caída del PIB en 2020 del 8,2% en Francia, del 9,4% en España y el 9,5% en Italia frente al 6,5% en Alemania, y la recuperación en 2021 será insuficiente para compensarlo.

Ciertamente, el BCE interviene masivamente, casi 5.000 millones de euros al día, y los bancos que aumentan sus préstamos a las empresas podrán financiarse al -1%. La BCE subvenciona, pues, de forma muy significativa a los bancos para que la economía funcione. Gracias a estas intervenciones, las emisiones de deuda soberana, incluso la de Italia, se suscriben a tasas muy bajas y son ampliamente suscritas.

Sin embargo, si la divergencia económica norte-sur continúa, el resentimiento de los pueblos del sur hacia la Unión Europea, e incluso hacia la moneda única, puede reforzarse y favorecer el éxito de los movimientos populistas. Asimismo, la extrema derecha alemana podría beneficiarse de su oposición a una mutualización de la deuda en las próximas elecciones germanas, si Europa llegará a un acuerdo al respecto.
 
(Este análisis se publicó originalmente en Telos; traducción de Isabel Serrano)
 
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