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Por qué los laboristas no apuestan por atacar el 'Brexit'

Matthew Bevington

28 de Septiembre de 2021, 12:57

Reino Unido está sumido en el caos. Hasta el 90% de las gasolineras se han quedado sin combustible tras una ola de compras de pánico por parte del público. Trabajadores clave, como enfermeras y personal sanitario, no pueden ir a trabajar por falta de carburante. Es el resultado de la carencia de 100.000 conductores de camiones, de los que al menos una parte (la Asociación de Transporte por Carretera del Reino Unido calcula que unos 20.000) se debe al Brexit y a la pérdida de conductores de la UE que han regresado a su país o se han ido a otro europeo. 

Los problemas se acumulan desde hace varios meses. Los productos han desaparecido de las estanterías de los supermercados, las empresas se han quejado de la falta de suministros y el NHS ha tenido incluso que racionar los análisis de sangre debido a la falta de tubos de ensayo. En vísperas de la Navidad, los minoristas han advertido a los ciudadanos que compren con antelación por temor a que muchos productos, como los juguetes, simplemente no estén disponibles. Problemas en la cadena de suministro se ha convertido en un eufemismo para explicar cualquier cosa que ya no funcione como antes. 

Tras meses de advertencias, el Gobierno ha cedido finalmente en su política de no flexibilizar las normas de visado para los conductores extranjeros. Ahora, 5.000 visados temporales estarán disponibles para ellos (no sólo de la UE) en el periodo previo a la Navidad (expirarán en Nochebuena). 

Con todo este caos, ¿por qué los laboristas siguen mostrándose reacios a hablar del 'elefante en la habitación', del 'Brexit'?

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El motivo principal es que necesitan recuperar a muchos votantes que apoyaron la salida de la UE si quieren tener alguna posibilidad de ganar las próximas elecciones. Como ha demostrado esta semana un análisis del think tank laborista Fabian Society, los 150 escaños que los laboristas necesitan ganar para obtener una mayoría tienden a apoyar la salida. Ir con fuerza contra el Brexit les pondría, una vez más, en el lado equivocado respecto a esos votantes. El reto electoral laborista es complejo: no se trata simplemente de ganar a quienes apoyaron el Leave y olvidar al resto. 

El Brexit sigue marcando el debate público en el Reino Unido. Un sondeo reciente mostró que el 65% de los que votaron permanecer en la UE culpa al Brexit de los recientes trastornos, frente a sólo el 21% de los que lo hicieron por la salida. Por el contrario, una pluralidad de Leavers (37%) culpa a la pandemia, en comparación con un escaso 18% de los votantes Remain. Como ocurre tan a menudo en la política británica tras el referéndum, cualquier pregunta que incluya la palabra Brexit es un atajo para preguntar ¿de qué lado estás? Los laboristas quieren evitar ese marco como la peste. 

A casi dos años de las elecciones generales de 2019, el laborismo sigue marcado por la experiencia del Brexit. Quiere encontrar un territorio político más seguro en el que unir a su base de votantes en lugar de dividirla. Como ha puesto de relieve una investigación del think tank UK in a Changing Europe, en realidad los votantes conservadores están más alineados con los laboristas en cuestiones económicas que con su propio partido 'tory'. Por ello, los laboristas quieren centrarse en estas cuestiones tanto para atraer de nuevo a esos votantes como para provocar divisiones en el Partido Conservador. 

También está el hecho de que el 'Brexit' es hoy un asunto mucho menos importante para el público en general. Según la última encuesta de YouGov, de mediados de septiembre, sólo el 25% de los británicos dijo que la salida de la UE era la cuestión más importante a la que se enfrentaba el país, frente al 62% de las últimas elecciones. Ahora ocupa el quinto lugar, por detrás de la salud, la economía, la inmigración y el medio ambiente. Por lo tanto, si de lo que se trata es de hablar de las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, los laboristas han de abordar otras mucho más urgentes.

 

Además, dentro del partido hay pocas presiones para que Starmer se muestre firme con el Brexit. La mayoría de los laboristas son claramente pro-UE, pero aun así valoran más la salud y la economía, según una encuesta reciente. Sin duda, a algunos dentro del partido les gustaría adoptar una línea más dura, pero la verdad es que (aparte de algunas cuestiones de política exterior) los militantes laboristas están abrumadoramente preocupados por las cuestiones domésticas; especialmente el NHS, las escuelas y los servicios públicos en general. 

A pesar de todo lo anterior, los laboristas están, de hecho, hablando cada vez más sobre el Brexit. En su reciente discurso ante la Conferencia del Partido Laborista, una de las promesas de la ministra de Hacienda en la sombra, Rachel Reeves, fue "arreglar el lío del Brexit de los tories". Y la secretaria de Asuntos Exteriores en la sombra, Lisa Nandy, prometió una relación más estrecha con la UE en política exterior. Mientras tanto, Starmer ha dicho en un reciente ensayo sobre el futuro del Partido Laborista que el partido reparará "los agujeros del chapucero acuerdo del Brexit". Los laboristas quieren mejorar el acuerdo de salida, no cambiarlo radicalmente

Así que cabe esperar que los laboristas hablen más sobre el Brexit a medida que continúen los trastornos; pero no esperar que se conviertan en evangelistas de la reincorporación. Su objetivo central es ganar el poder y para ello necesitan el apoyo de ambos lados de la brecha del Brexit. Eso puede frustrar a los pro-europeos, pero es ganar elecciones, no demostrar la locura del Brexit, lo que impulsa la estrategia del partido. 

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