El siglo XXI marca la irrupción de las mujeres en política, en especial en América Latina, donde además se ha producido un aumento importante de la descentralización territorial. Sin embargo, poco sabemos de los recorridos previos de las mujeres que empiezan a poblar los congresos nacionales. En este trabajo analizamos la trayectoria política de las mujeres que ocupan escaños en las cámaras bajas de Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Chile, cinco países con distintos diseños institucionales y contextos políticos, con el objetivo de evaluar si estos factores ejercen una influencia en sus carreras políticas.
En este análisis se considera la experiencia previa de las mujeres y el nivel territorial en el que ganaron su primera elección para ver el camino más factible para que lleguen al Congreso. Se lleva a cabo una comparación de las carreras políticas de las congresistas; para ello, se creó una base de datos original con información entre 2009 y 2016, que recoge variables como su cargo previo antes de llegar al Congreso, el nivel territorial de ese cargo previo, si fue reelegida, etc. Se puede concluir que la mayoría de las mujeres inicia su trayectoria en el nivel nacional, tiene poca experiencia previa y una baja tasa de reelección.
La literatura explica que las cuotas legislativas de género son las responsables del aumento del número de mujeres en los congresos de la región, y que las estructuras más efectivas en el diseño de estas cuotas incluyen un porcentaje de inclusión, los mandatos de posición y las sanciones por incumplimiento. Su ambición es otro factor clave en los cambios en la composición de género de las legislaturas nacionales. Sin embargo, las mujeres afrontan dificultades en su camino al Congreso como son el sesgo de género en los partidos políticos y la manera en la que los medios de comunicación cubren sus campañas. Por lo tanto, la experiencia de las mujeres se diferencia de la de los hombres y debe ser explorada.
El diseño institucional también puede influir en las carreras femeninas hacia el Congreso. En los países unitarios o centralizados, las carreras políticas son más jerárquicas y tienden a construirse de arriba hacia abajo frente a lo que ocurre en los países federales, que son más descentralizados y tienen con cargos regionales que son atractivos por sí mismos. En general, las diferentes trayectorias políticas se atribuyen a decisiones tomadas por las candidaturas, las reglas del juego y el electorado. Estos estudios no consideran la desigualdad política a la que se enfrentan las mujeres, ni las diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a socialización, ambición y el sesgo de auto-nominación, donde ellas se ven a sí mismas como incapaces de ocupar un escaño político.
Nuestro trabajo distingue entre las novatas (obtuvieron su primer escaño en el Congreso) y las profesionales (tenían experiencia previa en cargos electorales en el nivel nacional o sub-nacional). Así, más de la mitad de las congresistas (el 56,4%) son novatas, esto es, iniciaron sus carreras en el nivel nacional. Esta cifra varía entre los cinco países, con una alta tasa en Bolivia, Perú y Ecuador. En Colombia, las novatas representan 40% de las congresistas, mientras que en Chile sólo conforman el 20% del total. Si bien el alto número de novatas está relacionado con las cuotas de género, solamente el 24,5% de las mujeres mantuvieron su escaño como resultado de una elección. Chile es el único país en el que es común la reelección de las congresistas. Por lo tanto, las bajas tasas también contribuyen a que predominen las novatas.
En cuanto al nivel territorial, el nacional predomina para las que obtienen su primer escaño (tanto para las novatas como para las catalogadas como profesionales), ya que para el periodo observado un 59,4% había tenido experiencia previa en este nivel. Divergen de esta tendencia las congresistas de Colombia y Bolivia, donde la mayoría inició sus carreras en el nivel sub-nacional. En los otros tres países analizados (Chile, Ecuador y Perú), hay mucha más variedad en la estructura de sus sistemas electorales y políticos. Por ejemplo, no comparten el mismo diseño para sus cuotas de género, y Perú y Ecuador experimentaron un colapso del sistema de partidos, algo que no ocurre en Chile. En Colombia y Bolivia se observan más similitudes entre sus sistemas políticos, principalmente en lo que se refiere a sus niveles de descentralización y a sus sistemas electorales. En estos países, la carrera de las mujeres al Congreso se da del nivel sub-nacional al nivel nacional debido a su grado de descentralización.
Así, con esta investigación se busca contribuir a la comprensión de las trayectorias políticas de las mujeres en América Latina hacia el Congreso, centrándose en el nivel territorial y experiencia previa de las congresistas. Se identifica que la mayoría de las mujeres son novatas y, por ende, inician sus carreras en el nivel nacional. Es más, aun si tienen experiencia previa, la misma se ha desarrollado en general a ese nivel. Por último, se subraya la importancia de estudiar las carreras de las mujeres ya que, al menos en los casos aquí analizados, éstas no siguen el camino establecido en la literatura que considera a los y las legisladores de modo agregado.