La República Popular China, el país donde, de acuerdo con la mayoría de los expertos, comenzó la pandemia, también es el Estado que mayor diplomacia de vacunas ha desplegado. Con más de 170 millones de dosis exportadas a 53 países, la mayoría de ellos latinoamericanos, el gigante asiático ha intentado mejorar su 'soft power' en el escenario internacional. Sin embargo, hasta ahora quien ha sabido capitalizar esto en mayor medida ha sido Rusia. Gracias a la Sputnik V, el Kremlin viene implementando una diplomacia que lo ha acercado a distintos países, pero especialmente a América Latina.
Estados Unidos intentará no quedar relegado frente a sus competidores, particularmente en lo que consideran su
patio trasero. Por ello, la Administración Biden asegura que saldrá "lo antes posible" a "compartir" su
stock de vacunas con el resto del mundo. Además, Putin, proclive a trazar una continuidad histórica con otros líderes del pasado ruso,
muestra la 'Sputnik V' como un triunfo más de la Ciencia eslava y de su "internacionalismo humanista".
Hace algunas semanas, la Casa Blanca emitió un comunicado anunciando "ayuda humanitaria urgente" para la India, debido a la grave crisis sanitaria que aún atraviesa el otro
gigante asiático. Esto habla a las claras de dónde pone Washington el foco. En Brasil se presenta un escenario similar al indio desde hace meses: con nuevas cepas, cientos de miles de contagios diarios y más de 3.500 muertos por día. Sin embargo,
en los 100 días que lleva en el poder la Administración Biden no ha anunciado ningún tipo de ayuda dirigida al gigante suramericano.
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A pesar de que Brasil se encuentra en lo que históricamente EE.UU. consideró como su
patio trasero, el interés no está ahí, sino en la zona del Indo Pacífico. Para la mayoría de los analistas internacionales, India será, en el medio plazo, un actor de peso en el escenario global, que disputará con China y Estados Unidos. Además, los dos
gigantes asiáticos tienen un viejo conflicto en su frontera de más de 1.200 kilómetros. Para Biden, una relación más estrecha con India es fundamental en su disputa global con Beijing.
El anuncio de que
Argentina será el primer país de América Latina en fabricar la 'Sputnik V' en su territorio es un paso más allá en esta política de la vacuna. Para Rusia, significa profundizar sus vínculos con la región latinoamericana, mientras que para la Casa Rosada puede ser una eventual oportunidad de acometer una diplomacia de vacunas propia. Para ello, primero, se deberá inmunizar a la mayoría de los argentinos y contener el avance de la pandemia, algo para lo que todavía faltan algunos meses cruciales, aunque parece estar muy bien encaminado. Además, la Embajada china en Buenos Aires ha anunciado que están
prácticamente cerrados los acuerdos para comenzar a producir la vacuna 'Sinopharm' en Argentina, lo que pone de manifiesto la voluntad de Beijing de salir también a disputar el terreno con su
diplomacia.
Las ganancias de las farmacéuticas se han incrementado de manera exponencial durante la pandemia, pero pueden hacerlo aún más la endemia, cuando haya que vacunarse todos los años. La gran jugada de Biden, que podría representar un jaque mate en el ajedrez de la geopolítica de las vacunas, es su apoyo a la liberación de las patentes. Por ahora, es una pretensión de difícil cumplimiento, ya que deberá enfrentarse al poderoso
lobby de las grandes farmacéuticas, que aseguran que "liberar patentes daña la innovación y no supone una solución contra la pandemia." Putin ha salido inmediatamente en apoyo de la liberación de las patentes, mientras que Angela Merkel se ha opuesto públicamente.
El Gobierno alemán afirma que el plan de Estados Unidos puede acarrear "graves complicaciones" para la producción vacuna. El escaso apoyo internacional a la propuesta de Washington hace dudar de su viabilidad.
¿Cuánto influirá la diplomacia de la vacuna en la reconfiguración mundial pos-pandemia? Por ahora, no hay certidumbres. En primera instancia, le sirve a los gobiernos para mostrar su rostro más amable; pero también, para anotarse algunos éxitos en un escenario que los analistas han comparado con la carrera espacial de la Guerra Fría. No deja de ser auspicioso que en un mundo donde existe una clara crisis
en la globalización, los principales competidores por el liderazgo global también la ejerzan mediante el reparto de dosis de sus vacunas. Está claro que la salida de la pandemia tiene que ser colectiva, y que no podremos dejar verdaderamente atrás esta etapa de la historia de la humanidad si no es de manera planetaria.