Cada año, el 26 de abril, la Ompi (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual para concienciar sobre la importancia de proteger las creaciones inmateriales. Tal y como indica el término, la propiedad intelectual tiene como objetivo "permitir que las personas obtengan reconocimiento o beneficios económicos de lo que inventan o crean, fomentando un entorno en el que puedan florecer la creatividad y la innovación". Sin embargo, con los recientes avances tecnológicos, que hacen que casi cualquier contenido esté disponible en cualquier parte del mundo en cuestión de segundos, no es de extrañar que el control de las infracciones de los derechos de autor se haya convertido en un asunto muy difícil.
Aunque es un reto restringir el fácil acceso a los activos creativos desprotegidos, el sector se enfrenta a otras dificultades, como el hecho de que sólo el 5% de los registros de propiedad intelectual pertenecen a pequeñas empresas, perteneciendo a corporaciones el 95% restante. Aprender a aplicar la tecnología procedente de la industria 4.0 para que la propiedad intelectual sea accesible a todo el mundo es lo que acabará transformando definitivamente los sistemas existentes.
La era de la demanda está haciendo que la propiedad intelectual sea más difícil de proteger que nunca. La piratería digital y la falsificación son, por desgracia, más recurrentes que en cualquier otro momento. Además, el hábito cultural de esperar tenerlo todo en un solo clic parece estar fomentando un sistema que está causando mucho daño a los autores. Abordar la importancia de la propiedad intelectual y trabajar por una correcta preservación de las creaciones puede marcar la diferencia, especialmente entre las empresas más pequeñas, que sin duda están más expuestas que las grandes corporaciones. Entonces, ¿cuáles son los retos de la propiedad intelectual y qué tecnologías están estimulando su desarrollo?
Los principales retos
En un mundo en el que la creatividad compite 365 días al año y 24 horas al día por la atención del público, es vital que las empresas protejan sus creaciones, ya que casi cualquier idea se puede replicar fácilmente y en cuestión de minutos en las redes sociales o por los servicios 'on-demand'. Aunque los especialistas están desarrollando los modelos existentes de sistemas de propiedad intelectual, aún queda mucho camino por recorrer, ya que no se están aprovechando al máximo las tecnologías avanzadas.
Además, tantoel sector privado como el público trabajan de forma totalmente independiente, sin beneficiarse de compartir información y conocimientos. Por lo tanto, el segundo gran reto que hay que afrontar es la creación de un sistema de propiedad intelectual que funcione a nivel mundial, en lugar de una barrera de protección localizada y limitada a una sola jurisdicción. La globalización de estos sistemas acabaría por integrar las organizaciones de propiedad intelectual y los sistemas de aplicación de la ley que trabajan para prevenir la piratería, que hoy están completamente separados, lo que obliga a las empresas a pedir protección en múltiples lugares. El reto consiste, pues, en conseguir un método integral que combine las diferentes partes de este mundo en un solo nivel y diseñe una nueva vía que unifique todo el sector; o hacer que la propiedad intelectual esté al alcance de todos.
Tecnología para una sociedad intelectualmente protegida
Cuando se trata de optimizar los sistemas y procesos para poder proteger los activos creativos, la tecnología desempeña un papel insustituible. En primer lugar, las tecnologías avanzadas facilitan el acceso a la información y, en segundo lugar y más importante, impulsan la innovación en la protección de datos y el desarrollo de la propiedad intelectual. Hoy en día, mediante los datos que las empresas y los gobiernos están recopilando y procesando con tecnologías como la analítica de datos, la inteligencia artificial o el 'blockchain', es mucho más fácil adquirir consciencia del peligro de no proteger los activos propios. Al fusionar estas tecnologías exponenciales, las organizaciones pueden crear los sistemas de protección más sólidos: mientras que la analítica de datos procesa la información sensible en un marco de confidencialidad y seguridad extrema, la inteligencia artificial trabaja para facilitar la preservación de los derechos del propietario, y el blockchain crea un espacio descentralizado donde se incorporan diferentes oficinas de propiedad inteligente de todo el mundo, haciendo posible su cooperación.
El futuro de la propiedad intelectual
Debido a que la propiedad intelectual implica a tantas partes, su futuro depende de la capacidad de las grandes organizaciones y gobiernos de establecer colaboraciones internacionales. La creación de asociaciones entre las organizaciones que protegen contra el fraude y las que regulan la propiedad intelectual es la mejor manera de evolucionar hacia una sociedad altamente protegida, donde los derechos de autor sean entendidos como una herramienta de crecimiento para las empresas de cualquier país, jurisdicción, tamaño o industria. La firma de acuerdos entre diferentes consorcios, así como el establecimiento de alianzas entre el sector público y el privado, es lo que finalmente creará las redes más sólidas de propiedad intelectual en todo el mundo. Tecnologías como el blockchain, que permiten colaboraciones seguras a nivel internacional y proporcionan acceso mundial a la información de forma no centralizada, están haciendo posibles estos tratados.
Sin embargo, el primer paso es que los organismos nacionales e internacionales que regulan y protegen la propiedad intelectual trabajen en un modelo más cooperativo. Estas instituciones deben dar prioridad a facilitar el acceso a los sistemas de propiedad intelectual y a los datos públicos, así como a nuevos servicios para las pequeñas y medianas empresas, con el fin de animarlas a proteger sus creaciones. De ahí que deban convertirse en oficinas de innovación.
Aunque las instituciones de propiedad intelectual están llevando a cabo exitosas campañas de concienciación, todavía hay algunas tendencias culturales que deben tenerse en cuenta. Para evolucionar hacia un entorno en el que puedan florecer la creatividad y la innovación, la sociedad debe comprender primero el valor de la propiedad intelectual. Con las redes sociales creciendo a un ritmo increíblemente rápido y convirtiendo su contenido en algo casi efímero, la apreciación del duro trabajo que se esconde detrás de un producto terminado es necesaria, ahora más que nunca.
Entender la propiedad intelectual significa dar al trabajo realizado la relevancia que realmente merece y aprender a aceptar que el trabajo propio tiene el mismo valor que el de los demás. La conciencia colectiva es necesaria para aplicar los avances tecnológicos en favor de la humanidad. Sólo entonces, la sociedad podrá proteger plenamente sus creaciones intelectuales para siempre.
Director de Industria de Propiedad Intelectual e Innovación de NTT Data, que desde hace 15 años colabora con la transformación digital de principales organismos internacionales de propiedad intelectual europeos