Soria está de moda. Y no sólo por la aparición en el panorama electoral (tres de cinco procuradores y la mitad del voto) de la plataforma Soria ¡Ya!, tras haber estado
a punto de desaparecer. Soria se beneficia tanto de la explosión, en los últimos años, del fenómeno España Vaciada-
reto demográfico como de ser la provincia su antecedente, tanto o más que Teruel.
'Zona zero' de la despoblación, es la provincia menos poblada, 89.000 habitantes en 10.000 km2 y 8,7hab/km2, con densidades inferiores a Laponia.
Fuente: Wikipedia. Licencia Creative Commons.
Sin embargo, en unos pocos años se ha pasado de la imagen tópica (Numancia, Bécquer, Machado, los torreznos, Soria Pobre, Soria Fría, desde mi celda, Camino Soria) a estar en el candelero. En mayo del año pasado, se reunió en un
coworking de la provincia (El hueco) al presidente del Gobierno, el líder de la oposición, varios ministros y presidentes autonómicos y todo el arco parlamentario a hablar de despoblación y
'ruralizar las leyes'. Cuatro eventos más se celebraron en Soria ese mismo año.
Soria ha pasado a ser vista como una
aldea gala,más bien celtibérica, que resiste y se revindica ya sea con réplicas del
'Caballito' encontrado en los yacimientos de Numancia, colgado del cuello o pegado en los coches. Ya no es sólo el abandono sino que también (visto desde Madrid) un sitio alegre y peculiar, Sanjuanero. Allí se rueda
'El Pueblo', un
Doctor en Alaska a la castellana.
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Se comienza a ver a Soria como una sorprendente versión española del llamado 'modelo escocés' de lucha contra la despoblación. Tristemente, la imagen y la realidad sorianas no coinciden a menudo. Pero a veces la realidad es mejor y más compleja que supuestos espejismos autogenerados o impuestos desde el mundo urbano.
Existen iniciativas contra la despoblación como el llamado 'Plan Soria' de la Junta y la Diputación que, además de los cuatro millones de euros para iniciativas bastante simbólicas como el
cheque bebé, la mayor parte es inversión corriente programada. No está claro si su nueva versión, el llamado
'Plan Soria Conectada y Saludable', se beneficiará de un programa operativo o eje específico para la provincia, como permiten y animan las normas de fondos europeos 2021-2027 y que, a pesar de las elecciones, los funcionarios de la Consejería de Hacienda están a punto de mandar a Bruselas.
Simbólica es la 'Ciudad del Medio Ambiente', el equivalente soriano a otras obras faraónicas y ciudades de la cultura autonómicas. Sus futuristas
Cúpulas de la Energía yacían a medio hacer cual imagen distópica, en medio del páramo próximo a las ruinas de Numancia, paralizadas durante 14 años por violar flagrantemente la legislación medioambiental. Ahora se están reconvirtiendo en parque empresarial, apoyado por la ampliación del
aeródromo de Garray que, cual mini-versión del aeropuerto de Teruel, se está convirtiendo en aeropuerto de servicio de la industria aeronáutica.
Ólvega, de la mano de iniciativas del conocido empresario (y antes alcalde) Emiliano Revilla crece en población al pie del Moncayo, la zona más despoblada de Europa, pero queda la duda de cuántas iniciativas voluntaristas de este tipo son sostenibles a largo plazo. Soria es también un ejemplo de que la población censada y la real son completamente diferentes, sobre todo en invierno y a favor de la capital. No es de extrañar que los datos de movilidad por geolocalización del Instituto Nacional de Estadística (INE) o de consumo eléctrico no se usen para la financiación autonómica y municipal, ya que serían autentica
glicerina política.
No existe suficiente colaboración entre Soria capital (la mitad de la población) y su alfoz; tampoco con la Diputación, vista por la población más como su auténtico Gobierno regional que el autonómico, algo común a toda Castilla y León. Funciona como entidad supra-municipal hasta el punto de que la ley lo permite sin que los ayuntamientos no lo exijan. Se da la circunstancia que el alcalde de Golmayo, principal municipio colindante a Soria, es también el actual presidente provincial del PP y le arrebató la Diputación al PSOE, que gobernó en minoría en la legislatura anterior, un hito en una provincia históricamente conservadora.
Sin embargo, en las elecciones locales de 2019 ocurrió en la provincia un fenómeno desapercibido en España y extremadamente inusual en nuestras latitudes: el PSOE había vuelto a ganar en minoría las elecciones (arrasando en Soria capital). El entonces presidente, Luís Rey, había conseguido acordar coaliciones entre PP y PSOE en varios ayuntamientos, notablemente en el Burgo de Osma (tercer ayuntamiento soriano, 5.000 habitantes) y, a la vez, mantener el acuerdo con Ciudadanos en la Diputación. No pudo ser: llegó Madrid y mandó parar; concretamente, en el
Kilómetro 103, un área de servicio entre Madrid y Soria donde, entre camiones y banderas de España, los
coroneles de PP y Ciudadanos obligaron a sus sucursales sorianas a sellar un acuerdo, que, para más seguridad, fue luego formalizado ante notario so pena del pago de 100.000 euros.
Ya nada ha vuelto a ser lo mismo en la política soriana, pero este episodio constata una menor hostilidad entre las fuerzas de la provincia, conscientes de que, ante la distancia de Valladolid y Madrid, al final son los sorianos los que tienen que buscarse la vida.
Democracia con-sociativa en la España Vaciada
De hecho, todos las fuerzas sorianas están de acuerdo en unas
10 medidas que, con mejor o peor criterio, todos estiman son cruciales para la provincia. En ese sentido, sí que hay una similitud entre Soria y el supuesto
modelo escocés, tan diferente en todo lo demás: en Escocia había un consenso en el territorio y una rivalidad colaborativa en temas comunes, la llamada
'mafia escocesa'.
Esos consensos sorianos promueven una sana competencia entre los partidos tradicionales; por ejemplo, en el Congreso de los Diputados: Javier Antón, del PSOE, y Tomás Cabezón, del PP y presidente de la
Mancomunidad Tierras Altas (14 municipios, 1.300 habitantes, 1,91 hab/Km2, las
highlands sorianas) para ver quién es el
campeón contra la despoblación. En este sentido, Soria, la única circunscripción con sólo dos diputados, se beneficia de su reducido tamaño para introducir una versión reducida (y, por tanto, más sana) del
pork barrell o
constituency politics, que
engrasa sistemas políticos tan variopintos como el francés, el británico, el japonés o el estadounidense. El hecho que no sea así en otras provincias con más diputados (y menos
accountability), y el consiguiente control por parte de las cúpulas de los partidos que hacen del trabajo individual del diputado algo
políticamente indeseable, puede estar detrás del surgimiento de las plataformas de la España Vaciada.
Del mismo modo, el alcalde de Soria, Carlos Martínez, artífice de tres mayorías absolutas en un territorio poco proclive al PSOE y actor central del ecosistema político provincial, es muestra tanto de una cierta autonomía de criterio como del uso de las estructuras de oportunidad partidarias o institucionales e, incluso, internacionales (
Agenda 2030) para avanzar esa agenda soriana: desde traer a Soria del centro de datos de la Seguridad Social o el Centro Nacional de Fotografía hasta, a nivel
internacional, como representante de la Federación Española de Municipios y provincias (FEMP) en el Consejo de Municipios y Regiones de Europa; y, en breve, en la Presidencia del organismo municipalista mundial CGLU). Martínez visualiza el problema de la despoblación (apoyado por la catedrática Mercedes Molina) y el de las
ciudades intermedias, amenazadas por la
metropolización del territorio.
Desde Soria nació campaña principal para el reconocimiento en los fondos UE para las zonas en declive demográfico. Además del edil soriano, en ésta y otras batallas paralelas estuvieron la patronal soriana
Foes, que creó la alianza Southern Sparsely Populated Areas (
SSPA) con sus homólogos de Cuenca y Teruel, un buen ejemplo de emprendimiento territorial a nivel nacional y de cara a Europa.
Fuente: Espon Escape 2019.
No sólo se trata de política y fuerzas vivas. Existe un tejido social y asociativo muy rico, como lo ejemplifica El Hueco, un espacio de emprendimiento y ONG que tiene gran poder de convocatoria, como demuestra su feria anual de despoblación Presura, que no sólo general red a nivel nacional con actores del territorio, economía social y grandes empresas como Red Eléctrica o Hispasat, sino que lo hace con gusto, modernidad y alejado del victimismo:
'hípsters' en la España Vaciada. Lo mismo ocurre con iniciativas como la
Invest In Soria o la mercadotecnia territorial de campañas como
Soria ni te la imaginas o las propias plataformas y movimientos sociales.
La prensa soriana, que hasta 2018 tenía aún dos periódicos (Heraldo y Diario, ahora fusionados) es diversa y abundante y de mayor calidad que la de territorios mucho mayores. El mejor ejemplo es el semanario 'El Día de Soria' que, por su rigor, contenido, diseño e independencia, destaca junto a la emisora hermana
La 8 Soria entre los medios provinciales españoles. Junto con
'Hoy por Hoy' Soria, Onda Cero y otros medios digitales ejercen un presión continua en defensa de la agenda provincial.
El éxito de Soria ¡Ya!, cuya pancarta colgaba hasta hace poco de las sedes de la Diputación y el Ayuntamiento, no se explicaría sin este magma de opinión publica.
En el plano económico, el hecho que aún conserve su propia Caja Rural, con el apoyo que da al territorio, su servicio de estudios y mecenazgo cultural, dice mucho en un país donde las grandes cajas murieron de ambición y el territorio
se despuebla de servicios bancarios.
Por tanto, es todo este rico conjunto, lo que se conoce como 'capital social', lo que permite hablar de un modelo soriano. Un modelo que, sin embargo, se arriesga a morir de éxito. Muchos consensos provinciales no se sostienen frente otros intereses o ante las propias limitaciones de un territorio con tantos hándicaps. Llegar a consensos de territorio puede llevar a escaparse de la realidad. Recientemente, la Comisión europea acordó, como hace siete años, un nuevo mapa de ayudas de estado regionales. Lo que es un importante, aunque pequeño incentivo a la inversión pública, compartido con otros territorios de España en mayor o menor grado, se entendió en la caja de resonancia provincial como que la UE había otorgado 'fiscalidad diferenciada' a Soria, Teruel y Cuenca, como si se hubiese dado luz verde a Hacienda a crear un
concierto fiscal a la vasca o un estatus como el de Canarias, Ceuta y Melilla. De sueños compartidos pueden nacer decepciones.
Pero, sobre todo, lo que más falta hace es argamasa. Demasiadas iniciativas simultáneas o atribuirse exitos que, si lo son, son compartidos. Gobernar es escoger, y a pesar de todo este conjunto le toca a Soria tomar decisiones y afrontar sacrificios muy duros. Los actores sorianos, los nuevos y los ya establecidos, tienen la oportunidad y responsabilidad de abrir el camino del futuro de la España
Llena y Cohesionada. Como dijo Carles Francino, desde su
ventana en la SER, la revolución puede empezar en Soria.