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Atlas

Populismo y nacionalismo en la nueva izquierda ibérica

Filipe Carreira da Silva, Luca Manucci, David Veloso Larraz

9 mins - 22 de Febrero de 2022, 10:18

Las definiciones de populismo no son claras con el nacionalismo. Para resolver esto, proponemos una fundamentada por la lógica del resentimiento. Para mostrar sus ventajas, comparamos los discursos populistas de Podemos y el Bloco de Esquerda (BE) en sus programas electorales de 2015 y 2019, añadiendo al análisis los del Partido Comunista Português (PCP) e Izquierda Unida (IU) de 2015. Además de contribuir a las escasas comparaciones del populismo ibérico, cuestionamos las investigaciones que afirman que en Portugal existe desde 2011 una coalición populista contra la austeridad, así como la minimización del populismo del BE frente al de Podemos.

¿Por qué el resentimiento y no la enemistad como lógica populista? La enemistad es una lógica de oposición dirigida a un enemigo mortal o extranjero, mientras que el populismo se define por la rivalidad. Su naturaleza es capturada mejor por la ira y no por el miedo. Pero no todo el resentimiento es populista, solo cuando  se despliega entre la indignación pura y la envidia radical, implicando cuatro elementos: normativo (orientación a la igualdad democrática y la soberanía popular); comparativo (sentimiento de inferioridad inmerecida); rivalidad (una parte se considera responsable del sufrimiento inmerecido de la otra), y redentor que apela a la restauración de la igualdad democrática.

En nuestra investigación nos centramos en tres temas: corrupción, austeridad y partidos convencionales. En la última década, la corrupción redujo la confianza institucional en ambas democracias. Además de estar en el corazón de la promesa redentora, la corrupción funciona para moralizar los posicionamientos. Por otro lado, la austeridad de la Troika conecta con la oposición al liberalismo y la orientación normativa hacia la igualdad democrática y la soberanía popular. Respecto a los partidos convencionales, emerge la sensación de inferioridad inmerecida que una parte del pueblo siente frente a otra, y la responsabilización de una parte del pueblo del sufrimiento inmerecido de la otra parte.
 
Gráfico.- Niveles de populismo en los programas de Podemos y el BE (2015-2019)
Fuente: 'Populism and nationalism revisited: A comparative study of the Spanish and Portuguese new left'.

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BE y Podemos en 2015
En 2015, el BE (5,3%) usó más el populismo que Podemos (4,2%). El partido portugués trató de capitalizar el descontento popular con la austeridad. La condicionalidad de la Troika se describe como innecesaria e injusta para el pueblo. La "derecha" equivale a la "élite" opuesta al pueblo y a los derechos sociales universales. Esta identificación incluye en determinadas circunstancias al Partido Socialista, que también es responsable del sufrimiento inmerecido de la mayoría. El euroescepticismo, ausente desde la fundación del BE, ocupa ahora un lugar central por los efectos duraderos de la Troika. El programa electoral del BE comienza con una referencia a la "Europa de los pueblos". La gente está en el centro del proyecto europeo y se ataca a las instituciones de la UE, así como "al poder de Berlín".
 
El programa de Podemos en ese año desafía el orden constitucional y pretende regenerar la democracia. Su discurso está definido principalmente en términos populistas: se habla en nombre del pueblo, se referencia a la corrupción de unos pocos, y se centra en la protección de los derechos sociales universales. La oposición se divide entre la gente y la élite. También se hace referencia a la "Europa de los pueblos" contra las instituciones de la UE.

En términos populistas, Podemos menciona más la corrupción. Enfoca su crítica a la degradación política y al abuso de los políticos, mientras que el BE lo hace con la reestructuración de la deuda para determinar la "parte ilegítima". Respecto a la austeridad, las menciones explícitas a la Troika son escasas en ambos programas. No obstante, el BE es más enfático en sus críticas. Por último, el BE señala más veces a los partidos mayoritarios (11) que Podemos (dos), centrando sus ataques en la coalición de derechas, a la que atribuye la culpa por su asociación con la Troika, distanciándose del PS con una retórica similar. Por el contrario, Podemos no hace distinciones, posicionándose como la única alternativa contra la austeridad.

BE y Podemos en 2019
El programa de cuatro años después de Unidas Podemos (UP) fue el más populista de ambos periodos (8,2% vs 2,5% del del BE). La oposición es entre la mayoría y los pocos. Los objetivos son "conquistar la democracia", revertir las políticas de austeridad devastadoras y restaurar la legitimidad popular. Se resignifica el rescate bancario, implicando a UP como la única fuerza que puede recuperar el dinero público. El mensaje es claro: sólo un Gobierno con UP puede plantar resistencia a la austeridad.

El programa de 2019 de BE está poblado de términos como "responsable", "confiable" y "leal". La oposición vuelve a articularse a través del socialismo frente al capitalismo. El mensaje principal es claro: se asume la responsabilidad por el apoyo gubernamental. No obstante, el BE continúa desplegando populismo. Por ejemplo, pretende luchar contra la austeridad, los ataques de la derecha y las imposiciones de Bruselas en nombre de la gente común. Respecto a la corrupción, utiliza la oposición entre la plebe y la élite y alerta al electorado de los peligros de una mayoría absoluta de los socialistas como el "pantano donde se esconde la corrupción".



UP articula la corrupción en términos populistas con más frecuencia (13) que el BE (una). El discurso moralista, que califica a las élites de corruptas y a los colectivos de honestos y humildes impregna su programa. En cambio, el BE reduce su única crítica populista a la falta de transparencia. Con respecto a la austeridad, seis años después de su salida de Portugal la Troika ya no es un objetivo realista para la política de resentimiento democrático. Cuando el BE la menciona, el problema ya no es la Troika en sí misma, sino los partidos mayoritarios que aceptaron y aplicaron la austeridad.

Por último, ambos partidos articulan el populismo de forma similar contra los partidos convencionales (BE: 0,82%; UP: 0,81%). Para UP, el PSOE se presenta como un partido poco fiable, que antepone los intereses de los bancos y seguirá haciéndolo a menos que UP gobierne. Mientras, el BE presenta su acuerdo con los socialistas como una experiencia positiva, rivalizando con las derechas.

Discusión
¿Por qué el BE en 2015 es más populista que Podemos? La literatura sugiere que, en Portugal, al igual que en España, hubo un frente populista. El quid de la cuestión parece ser el uso del término pueblo por parte del PCP en los programas de 2011 y 2015. Sin embargo, en 2011, el PCP emplea su tono severo y objetivo característico, y en 2015 destaca la ausencia de populismo. Las numerosas referencias al pueblo son debidas a su nacionalismo.

Desde hace décadas, el PCP critica a las derechas y su ideología internacionalista a partir de una combinación de materialismo histórico y elementos nacionalistas que definen su oposición sistémica al capitalismo internacional y los intereses de clase del "pueblo portugués". De este modo, la dinámica partidaria en la izquierda portuguesa se caracteriza mejor por la competencia entre un partido post-marxista, que actúa como portador populista, y un partido marxista-leninista, que no lo hace. El tono moralista del BE en las acusaciones contra las élites por corrupción, el castigo a la Troika por su responsabilidad en la política de austeridad y las críticas a la coalición de centro-derecha por su complicidad en las reformas neoliberales deben entenderse como la evidencia de un discurso distintivo al del PCP.

En segundo lugar, el populismo del BE no sólo se explica por su competencia con el PCP. El moralismo del BE se asienta en una larga tradición de utopismo progresista. Pero su visión es más extrema y deja poco margen al perdón o la gracia en materia de justicia social, centrándose en la pureza y la expiación. El mayor uso del populismo en 2015 apunta a la condicionalidad impuesta externamente. Por el contrario, el uso más limitado de Podemos se debe a una intervención menos directa y visible por parte de los prestamistas internacionales.

La reversión en 2019 se explica por dos razones. Podemos se presenta en las dos elecciones como parte de la oposición, mientras que el BE se muestra como un partido titular. Dando crédito a la tesis de inclusión-moderación para los partidos populistas en los gobiernos de coalición, la disminución del populismo se explica en parte por la experiencia de la 'geringonça'.

La segunda razón se remonta a una característica central del resentimiento populista. Los portavoces populistas utilizan el resentimiento como un instrumento estratégico y una fuente de identidad. Para el BE resulta más fácil abandonar el populismo que a Podemos, ya que la cristalización de los valores populistas forma parte central de su identidad. En 2019, UP enfatiza el resentimiento democrático para atribuir la culpa a los pocos "corruptos" por el inmerecido sufrimiento de la mayoría "honesta". Por último, en ambos programas Podemos encarna la "revuelta populista" frente a los arreglos institucionales del neoliberalismo. La creencia de que la soberanía debe residir directamente en el pueblo, y que cualquier mediación representativa es por definición una violación de la voluntad popular, ha sido un elemento constitutivo en su identidad.
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