Tremendo que el gasoil o la gasolina estén en precios récord. Mucho peor lo del precio mayorista de la electricidad, consecuencia del sistema marginalista de fijación de precios.
Pero son dos cosas muy diferentes. Sobre la electricidad ya he escrito varios blogs como éste o
éste otro. Habrá que desacoplar el precio del gas, pues no es aceptable que un sistema de generación que ha ganado miles de millones con precios mayoristas entre 40 y 60 €/MWh gane decenas de miles de millones con precios entre 150 y 400 €/MWh, con
una multimillonaria transferencia de rentas de todos los ciudadanos hacia unos pocos. Eso hay que arreglarlo. Difícil, pero habrá que poner un tope a ese sistema. Y los precios máximos de una década anterior a esta crisis deberían ser la referencia.
Hoy quiero reflexionar sobre la fiscalidad del gasoil y la gasolina.
Ésos son los impuestos a los carburantes (cuadro de A. Suero): una parte fija, el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), de 50,4 céntimos/litro en la gasolina y de 37,9 céntimos/litro en el gasóleo, y el 21% de IVA.
Total aproximado para la gasolina, 85 céntimos de euro/litro (el 43% del precio), y unos 71 céntimos/litro para el gasoil (un 37%); porcentajes ambos alejados de la mitad que dicen muchos tertulianos y más de un político.
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Las empresas compensan el IVA, por lo que centran sus reivindicaciones en el IEH. Este tributo se estableció como una especie de impuesto finalista, de manera que recaudase un importe similar al coste de mantenimiento de las carreteras. Una especie de internalización del daño que los carburantes causaban a la sociedad por ese concepto. Con datos de hace un par de años, mantener las carreteras costaba unos 14.000 millones de euros y el IEH recaudaba unos 13.000 millones. OK, nos vale.
Adicionalmente, se rebajó el IEH sobre el gasoil, para fomentar su consumo y equilibrar la demanda de productos de la destilación del petróleo. También OK, en aquellos momentos. Ahora ya vemos que no.
Tres reflexiones varias décadas después:
1.- Ahora sabemos que, además desgastar las carreteras, los carburantes emiten unos contaminantes que causan muertes prematuras y hospitalizaciones evitables, por un coste anual estimado en unos 5.000 millones de euros por la Asociación Europea de la Sanidad Pública (ver
aquí).
La Ciencia atribuye el 80% de estas externalidades al diésel,
por lo que no tiene sentido que la fiscalidad de este carburante sea inferior a la de la gasolina. Habría que igualarla, a
unque éste no sea el mejor momento.
Adicionalmente, habría que igualar el IEH de otros hidrocarburos que apenas lo pagan (pues su uso se suponía que sería para calefacción: GLP-propano y GNC-metano) si se usan en transporte; también a los coches eléctricos.
2.- Además, ahora sabemos que el CO2 de la combustión de todos estos carburantes causa daños climáticos de difícil cuantificación. Será, además, un importe creciente, conforme el riesgo de una crisis climática sea cada año más preocupante.
3.- Y además, España está en el furgón de cola en Europa en cuanto a fiscalidad ambiental. Arriba, datos de esa fiscalidad medida en términos relativos, como porcentaje del PIB. Somos el país número 26º (de 31). Además, casi todo son impuestos a la electricidad (energy, en verde), casi nada al transporte (en rosa) y nada de nada por la contaminación (azul).
En términos absolutos (tabla de arriba), en el Impuesto Especial de Hidrocarburos, en €/1.000 litros, también estamos en el furgón de cola, sólo por delante de ocho países de Europa del Este.
Conclusión
No sólo no habría que reducir la fiscalidad de estos carburantes, sino que por lo menos habría que igualar el IEH de gasoil, GLP y GNC al de la gasolina (¿en tres años?) y, posteriormente, subirlos en una cierta proporción cada año (¿cinco céntimos?), para internalizar los aproximadamente 10.000 millones de euros anuales de los daños que causan a la salud y al clima.
Ya comprendo que esto resulte INOPORTUNO hoy, 22 de marzo de 2022. Lo entiendo. Pues bien, que se apruebe un plan de apoyo a transportistas, agricultores y pescadores, mientras dure la crisis provocada por la guerra de Ucrania.
Pero planifiquemos a largo plazo: debería haber un plan español y europeo que: (1) iguale los impuestos a la gasolina, al gasoil, al GNC y al GLP, (2) los armonice en los 27 estados de la UE y (3) planifique su subida paulatina a razón de cinco céntimos al año hasta 2030.
El mundo entero, la Unión Europea y España tienen que tener un plan a 10-15 años para erradicar los combustibles fósiles. La fiscalidad ambiental debe ser una de las herramientas.