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AFP/Reuters-Quality

América Latina, más 'golpes' que 'versos'

Yanina Welp

7 mins - 30 de Marzo de 2022, 19:36

Estimadas lectoras, estimados lectores,

como en el poema de Antonio Machado, cantado por Joan Manuel Serrat, golpe a golpe y verso a versoasí van las cosas por América Latina, a ratos con más 'golpes' que 'versos' y abriendo caminos poco promisorios. Hace una semana Arturo McFields, embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), sorprendió a la región al denunciar la dictadura implantada en su país por el presidente Daniel Ortega en una reunión virtual del Consejo Permanente. Los hechos informados por McFields son de conocimiento público (véase aquí y aquí), la sorpresa la produjo el acto heroico de un miembro del Gobierno cuyas credenciales fueron retiradas al momento.

En El Salvador, acatando el pedido del presidente Nayib Bukele y tras un confuso procedimiento administrativo (una ley votada el domingo 27/3 que sale con fecha del 24/3), la Asamblea Legislativa aprobó el estado de excepción. La decisión se tomó en medio de una escalada de homicidios provocados por las pandillas callejeras durante el fin de semana. El presidente, que ordenó la salida de policías y militares a las calles para controlar la situación, va reportando desde su cuenta de Twitter que "los asesinatos se han reducido a 0" y que más de 2.000 pandilleros han sido detenidos. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH ) expresó su preocupación por la desprotección de las personas; en especial en las cárceles, donde se les ha reducido la alimentación e impedido la salida de la celda. "Ya salió la CIDH a defender a los pandilleros. Pero ni una sola palabra sobre las víctimas de estos asesinos. Queda claro de qué lado están. Los países deberíamos de evaluar retirarnos de estas organizaciones internacionales que sólo buscan mantener a nuestra gente sufriendo", respondió Bukele en Twitter. Separación tajante hace Bukele entre "nuestra gente" y "los pandilleros", que viven en los mismos barrios, que son hijos y nietos "del pueblo". Indiscutible necesidad de resolver un problema de seguridad en la superficie, más indiscutible aún asumir que el problema es de fondo y no se soluciona a tiros.

En un nivel muy básico, la resistencia política hoy en América Latina se da desde unas precarias reglas democráticas (que cabe mejorar) y de derechos humanos (que cabe proteger de forma efectiva). En los casos de Nicaragua y El Salvador es evidente. Ortega venía de adscribir a las presidencias de izquierda, bajo el ala del chavismo; Bukele se aleja de esas referencias, está sólo, no establece alianzas regionales. Ambos concentran poder en sí mismos, no aceptan instituciones de control y contrapesos, definen como enemigos a cualquiera que los contradiga y ejercen el poder desde el despotismo. Hablan mucho del pueblo, pero sus políticas no sólo no han mejorado la calidad de vida de sus comunidades, sino que la están empeorando con creces. Vale también para Venezuela.

Dos pantallazos más, cambiando un poco la tónica. Uruguay vivió el domingo 27 un referéndum que se había activado con apoyo de los sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y el principal partido de la oposición, el Frente Amplio, para derogar 135 artículos de la denominada Ley de Urgente Consideración (LUC). Esta ley, aprobada por un procedimiento de urgencia durante la pandemia pese a que buena parte de su articulado no se vinculaba a la crisis sanitaria, despertó el rechazo de muchos sectores, principalmente de la izquierda. En un voto ajustado, y tras una campaña intensa, la LUC ha sido ratificada (51% frente al 49%). Las papeletas en blanco (28.664) se suman a los votos por el 'no'; y apenas 22.000 separaron a ambas opciones. Hay malestar entre los perdedores, pero el debate está, en cualquier caso, en la posible modificación futura de esta forma de contar votos, porque todos los actores de peso han aceptado el resultado.

México se prepara para su primera votación de revocatoria de mandato el 10 de abril, pocos meses después de celebrar el primer referéndum nacional de su historia moderna. El presidente cuenta con un amplio apoyo popular, tanto por su política de incremento salarial (por cierto, combinada con políticas sociales regresivas) como por una retórica que apela a la polarización. Único en el mundo, el procedimiento de revocación lo ha activado el mismo partido del presidente y a instancias suyas, con la intención de avalarse (algo que genera suspicacias en un país donde la reelección está prohibida y se considera prácticamente un tabú). Lejos de otorgar más poder a la ciudadanía, las dinámicas en marcha parecen mostrar que se ha salido de la 'partidocracia' para entrar en el 'participacionismo'; siempre bajo el control del presidente. No es, lamentablemente, nada nuevo en América Latina, donde la expectativa de renovar la democracia ampliando la participación ciudadana sigue muy insatisfecha. Y, dramático, la insatisfacción general no hace más que avanzar. El 70% de la población latinoamericana piensa que el país está gobernado por unos cuantos grupos poderosos que buscan su beneficio. Notable cómo los cambios políticos afectan esta percepción (véase el gráfico y, en especial, El Salvador).
 

En esta estela, nuestro primer análisis de hoy se ocupa del escenario pre-electoral en Costa Rica, que el 3 de abril vuelve a las urnas. Seguimos con el malestar social en Argentina y cerramos con una panorámica, con foco en la región, de los posicionamientos frente a la invasión rusa de Ucrania.
 
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Tatiana Benavides Santos analiza las claves de esta segunda vuelta y descubre particularidades. Una destacada: cuando en una segunda vuelta lo corriente es que los dos contendientes se vuelquen a buscar respaldos de los partidos que quedaron fuera de la competición, en Costa Rica las alianzas brillan por su ausencia. ¿Tan poca fe como para no querer arriesgar capital político?
 
El (mal) humor social
En Argentina, el malestar ciudadano no es con la democracia como sistema de gobierno, sino con su falta de conexión con la ciudadanía, señala Ana Paola Zuban. La clave: una sociedad hiper-informada, hiper-conectada, cada vez más empoderada pero, al mismo tiempo, más empobrecida.

Complicidad autoritaria: el apoyo a Rusia en América Latina
La soberanía es invocada a menudo por países autoritarios para defender la no intervención. Señala Miguel Ángel Lara Otaola que admitir la validez de un sistema supranacional de derechos humanos equivale a legitimarlo. Se invocaría la soberanía, en definitiva, como medicina preventiva, para evitar ser ellos mismos examinados en el futuro. Aquí un repaso del posicionamiento global y latinoamericano frente a la invasión rusa de Ucrania.

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Buena lectura y hasta la próxima, 

Yanina Welp
Coordinadora editorial
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