Estimadas lectoras, estimados lectores,
la Unión Europea creció a partir de una asociación de estados que buscaban la paz y prosperidad de sus miembros. Las dos grandes guerras iniciadas en el Viejo Continente y amplificadas globalmente fueron el caldo de cultivo para generar e implementar un proyecto de integración único en el que evitar conflictos armados era prioritario. Claro está que había más expectativas, y también que la ausencia de violencia no genera
per se desarrollo y bienestar; pero que es una condición necesaria lo demuestra en estos días la invasión rusa de Ucrania, en las fronteras de la UE, con sus consecuencias en pérdida de vidas, el drama de los refugiados, desplazamientos forzosos y violencia de género, además de la crisis energética y alimentaria (véase nuestro especial
Putin invade Ucrania).
Los pilares del proyecto comunitario se han ido construyendo durante décadas en un proceso de negociaciones y tensiones que derivan de la necesidad de conciliar intereses diversos entre países desiguales económica y estructuralmente, liderados encima por gobiernos con muy disímiles agendas ideológicas. Mientras en lo primero habría habido cierta convergencia resultante de las políticas implementadas (las medidas aprobadas para paliar la pandemia lo ejemplifican), en la segunda dimensión las distancias se han ido acentuando, impulsadas por el avance de proyectos de derecha radical anti-europeísta. La
newsletter de hoy pone el acento en estas tensiones que tienen en el foco los derechos humanos y los tribunales.
La relación entre los gobiernos nacionales y la gobernanza supranacional europea es objeto de disputa. Ha sido cuestionada, por ejemplo, la reacción de Estrasburgo
ante a las 'devoluciones en caliente' en la frontera sur, un tema que tiene a España y Marruecos como actores con roles protagónicos; ríos de tinta han corrido en relación a las medidas tomadas frente al
ataque a la independencia judicial en Hungría y Polonia, que atenta contra los principios de la UE; algunos han criticado
la pasividad de las instituciones europeas ante el deterioro democrático en sus estados miembros y la habilidad de los
sospechosos de siempre para aprovecharse de ella y llevar a cabo sus reformas iliberales. En un plano más general, se ha hablado de una
crisis constitucional en la UE, de la que se saldría con más integración. La diversidad de intereses y conflictos de legitimidades anula la sola posibilidad de encontrar una respuesta fácil y unívoca en un contexto democrático. Sin embargo, sí hay camino y en él el multilateralismo es una pieza clave en que Europa debería ser bisagra (véase
Elijan: multilateralismo o la 'ley' del más fuerte). Quien quiera hacer una apuesta a contracorriente de lo que nos dejan el escenario post-electoral andaluz y francés podría aventurar incluso que una Europa donde la socialdemocracia retorne con fuerza sería el camino (por
acá lo sostiene Lars Klingbeil, líder del SPD alemán).
Nuestro primer artículo de hoy pone en valor la reciente actuación del TEDH solicitando al Gobierno británico que paralice una deportación a Ruanda cuyo procedimiento contraviene un acuerdo firmado entre las partes. El Gobierno de Johnson lo ha acatado. Seguimos con las legislativas francesas y las autonómicas andaluzas.
El Tribunal de Estrasburgo revalida su utilidad
Las medidas cautelares que dicta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no son formalmente obligatorias para los estados. Sin embargo, tienen incidencia.
Argelia Queralt lo analiza y reflexiona sobre su contribución a la construcción de estándares europeos en derechos humanos.
Se consolida la transferencia de voto entre bloques ideológicos
La nueva era político-electoral en España arrancó con las elecciones autonómicas catalanas. La siguieron los comicios en la Comunidad de Madrid. Este domingo se repitió la misma tendencia en Andalucía.
Andrés Santana considera que ya hay
jurisprudencia suficiente para certificar que los diques que impedían trasvases significativos de votos entre bloques (derecha e izquierda) han cedido definitivamente.
Análisis en 'El País'
Las elecciones 're-parlamentarizan' Francia
Los comicios regionales de 2021 ya habían exhibido un abstencionismo sin precedentes, 17 puntos superior a las de 2017 con 17 puntos de diferencia en primera vuelta y 24 en la segunda.
Javier Carbonell y
Bernardino León analizan las presidenciales de este fin de semana, que han mostrado una reactivación de Agrupación Nacional, y reflexionan sobre sus consecuencias para las principales fuerzas políticas en disputa.
Destacados
- 'Podcast'.- Bielorrusia, la dictadura más longeva de Europa. Aljaksandr Lukashenka lleva en el poder desde 1994. Tuvieron que pasar más de 25 años para que surgiera un movimiento que se animara a cuestionar al régimen y sus métodos represivos y dictatoriales. Sin embargo, el Gobierno aguantó. ¿Podría Europa haber hecho algo más tras las protestas de 2020? ¿Es Bielorrusia un caso de democratización frustrado? ¿Hay espacio en el escenario actual para un cambio real? Participan Carmen Claudín e Ignacio Hutin. Conducimos con Franco delle Donne.
Buena lectura,
Yanina Welp
Coordinadora editorial