Estimadas lectoras, estimados lectores,
el pasado domingo una multitud se congregó en Bogotá y otras ciudades colombianas para celebrar el triunfo de la candidatura del Pacto Histórico, encabezada por Gustavo Petro y Francia Márquez. Los movimientos sociales y la ola de protestas iniciada en 2019 están detrás de este hito:
será el primer Gobierno de izquierda de Colombia, uno de los países con mayor apatía electoral del continente. Petro y Márquez han conseguido atraer y canalizar las expectativas de cambio en una comunidad con enormes deudas pendientes: la paz, la desigualdad, la violencia, la corrupción… la confianza en la política. He aquí un reto que atraviesa a las democracias contemporáneas y tendrá a este país como territorio de experimentación en los próximos años. La politología ha postulado que la independencia de los partidos es una condición clave para su
necesaria institucionalización. Sin embargo, ocurre que
se habría avanzado 'demasiado' en esa autonomía, cortando los lazos que permiten conectar las demandas con la toma de decisiones y (muy relevante) amortiguar una gestión que va, por decir lo menos,
mucho más lento que las expectativas que pesan sobre ella. Este dilema lo viven con especial virulencia los partidos de base
movimientista, aquéllos que se articulan sobre sus bases sociales de apoyo y pasan a la arena electoral con la convicción de que
el poder institucional se consigue en las urnas. América Latina ha sido prolífica en generarlos y, por esto mismo, ofrece un escenario de análisis privilegiado. El desafío es combinar la orientación al electorado en general sin perder el apoyo de sus bases y responder a todos en alguna medida.
El Frente Amplio en Uruguay y el MAS en Bolivia muestran casos relativamente exitosos de tránsito al poder sin romper los lazos con sus movimientos de base; aunque en Bolivia hubo momentos de máxima tensión, como con las protestas por el Tipnis, que enfrentaron al MAS con parte de su electorado en 2009. Otros experimentos fueron más débiles, como el de Alianza País en Ecuador. Las diferencias de los primeros con este último son de origen. En Uruguay y Bolivia la formación y crecimiento de la coalición que construyó su oferta electoral hasta alcanzar la Presidencia se dio desde
abajo y en un proceso de cocción lenta. En cambio, Alianza País fue creado desde
arriba, por un grupo de intelectuales que rápidamente quedaron a la sombra de Rafael Correa. Esto marcó el devenir de Alianza País, que se convirtió en un partido personalista y sometido al humor del líder. La coalición Apruebo Dignidad en Chile muestra otra vía, con un partido nuevo, Convergencia Social, surgido y aupado por las protestas sociales, como en los otros casos, pero mucho más rápido que en Bolivia y Uruguay, mucho más programático y estructurado que en Ecuador. Sus primeros pasos en el Gobierno
han recordado a los de 'Lula' y el Partido de los Trabajadores en Brasil. Aun así, la fragilidad de sus bases de apoyo se observa en la actual caída de la popularidad de Gabriel Boric. Comunicación y gestión, gestión y comunicación, dos herramientas ineludibles para el Gobierno chileno y también para el colombiano, que se encuentra en una tesitura con algunos puntos en común y esa esperanza de
que los cambios políticos sean relevantes sin ser trágicos. Nuestro primer análisis de hoy se ocupa del tema. Seguimos con Chile y la violencia en la Araucanía.
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Un pacto histórico para Colombia
En una segunda vuelta muy disputada en la que las encuestas alimentaron la incertidumbre hasta el último minuto se impuso la fórmula Gustavo Petro-Francia Márquez. Se cierra un ciclo en la historia reciente colombiana en que la izquierda no había llegado nunca al poder. De los retos que tiene por delante el nuevo Gobierno se ocupa
Sandra Botero.
El conflicto entre el pueblo mapuche y el Estado chileno
Jeanne W. Simon y
Claudio González-Parra analizan las dimensiones que permiten comprender el conflicto con el pueblo mapuche en Chile y la violencia que está marcando la agenda del presidente Gabriel Boric, al tiempo que la Convención Constitucional completa su trabajo y el país se encamina al plebiscito de ratificación.
Destacados
- 'Podcast'.- ¿Movimientos o partidos políticos? Tanto en países de Europa como en los de América Latina en las últimas décadas se ha visto la formación de nuevas organizaciones políticas con base movimientista (Podemos en España, el MAS en Bolivia) o viejos partidos que resurgen en alianza con movimientos sociales (Syriza en Grecia). Para algunos son la gran esperanza democrática, con sus promesas de renovación; para otros, la etiqueta se usa con demasiada flexibilidad. En este episodio nos encargamos de analizarlos con Santiago Anria,Enrico Padoan y Javiera Arce. Conducimos con Franco delle Donne.
Buena lectura y hasta la próxima,
Yanina Welp
Coordinadora editorial