Estimadas lectoras, estimados lectores
(Re)leer hoy
esta pieza de
Simon Reid-Henry sin mirar su fecha de publicación puede inducir a error: no, no es reciente. La confusión es comprensible porque, salvo alguna frase suelta que rechinaría, están todos los ingredientes del escenario actual: descontento social, agitación macroeconómica, tiranteces en Europa, globalización del problema… para qué seguir. Por cierto, ya entonces asomaba Vladimir Putin, aunque el desencadenante principal del escenario descrito (sí, post-crisis económicas varias y una pandemia) era la propia transición energética.
Lo mismo, o parecido, se puede decir de
este análisis de
Ángel Ibáñez de un mes antes: un recomendable compendio del cúmulo de circunstancias que podían, a una mala, terminar torciendo la ambición
descarbonizadora de la Unión Europea. Y sí, también aquí salía Putin, del que puede sospecharse, a toro pasado, que ya se estaba planteando invadir Ucrania.
Ya instalados en el presente Europa, no sin dificultades al alza, había aguantado hasta ahora el tirón
doblando la apuesta:
Fit for 55,
RePowerEU, embargo del petróleo ruso, acopio de gas de otras procedencias… hasta que no le ha quedado otra que desempolvar la fuente de electricidad más
fósil de todas. Desde luego, tiene su carga simbólica que haya sido un ministro alemán ecologista el que haya pasado el mal trago de anunciar que su país tendrá que tirar
fuerte del carbón al menos dos años más; como la tiene también que Austria, el segundo país de la UE en producir cero electricidad con este mineral, resucite temporalmente una planta que, desde 2020, sólo acogía a un grupo de investigadores sobre futuros usos del hidrógeno (verde); y tiene por último su simbolismo, en este caso por acumulación, que Francia, Países Bajos, Italia, Rumanía, hasta el Reino Unido del
Brexit… se hayan visto obligados al mismo retorno al pasado. Volviendo a Reid-Henry, esto se parece cada vez más, con sus peculiaridades, a un
revival de la crisis del petróleo de los 70 del siglo pasado. Y, sin restar importancia a lo de Ucrania, es muy saludable escuchar al primer ministro italiano, Mario Draghi: "Los acontecimientos de estos días demuestran la imprudencia de no haber diversificado más nuestras fuentes y proveedores de energía en las últimas décadas". Décadas.
Visto lo visto, este gráfico europeo oficial dice mucho de la
montaña rusa en que se ha convertido (también) el adiós al carbón. Como se puede ver, Austria acabó adelantando un año el cierre total, y el Gobierno de coalición alemán había borrado 2038 y había escrito encima 2030. Pero eso era antes, cuando
energética llevaba delante
transición y no
seguridad. Debe ser por eso tan complicado encontrar datos actualizados y, salvo que se disponga de tiempo, haya que echar mano, por ejemplo, de unos de ¡2016! para ver que Alemania era entonces el sexto país del mundo por reservas de carbón, el cuarto por consumo y el octavo por producción. Y que en 2018 comprometió 40.000 millones de euros para apoyar el reciclaje económico de las regiones dependientes de este material emisor de CO2 y de sus 32.800 trabajadores.
Porque esto nos lleva a la siguiente casilla: cómo nos las arreglamos para que la transición sea justa. Los mineros del carbón tendrán en algunos países al menos una propina de dos años laborables, pero es mucho mayor el número de ciudadanos afectados seriamente por el encarecimiento exponencial del coste de la vida, lo que puede alimentar el descontento social y explica por qué
Laura Martín Murillo, directora del Instituto para la Transición Justa español, incluyó la palabra
dificultad en el título de su
análisis; y eso que el problema de la seguridad del suministro energético no había hecho acto de presencia.
En fin, que la
'tormenta perfecta' de partida se ha recrudecido, vuelve el carbón, esta noche (muy oportunamente) se celebra la fiesta de San Juan, con sus hogueras, y se anuncia, en España, una nueva reducción generalizada del IVA de la electricidad; un instrumento que voces autorizadas califican de regresivo y voluntarista en un mercado, como el eléctrico, que no tiene el grado de competencia suficiente como para que medidas de este tipo (como también el sistema marginalista de fijación de precios) produzcan los efectos deseados. Una cosa está clara entre tanta incertidumbre: hoy en día, se está mejor en la oposición que gobernando.
La transición, sin ley climática, de Eslovaquia
Tras los apuntes sobre las estrategias de
descarbonización de
Francia, Alemania (por ejemplo,
aquí) e
Italia, le llega el turno a los países europeos más cercanos geográficamente a la guerra de Ucrania.
Veronika Oravcová analiza el estado actual de Eslovaquia, del que extraemos una pincelada: su apuesta por la energía nuclear incluyendo dos nuevos reactores que debían estar operativos, respectivamente, desde 2012 y 2013, y que aparte del retraso acumulan unos sobrecostes de 3.400 millones de euros.
Aquí, la versión en inglés.
La división centro-periferia sobre las medidas contra el cambio climático
Christoph Arndt,
Daphne Halikiopoulou y
Christos Vrakopoulos muestran evidencia sobre que las actitudes contra las medidas contra el cambio climático "sólo existen y son virulentos si esas medidas tienen costes concentrados y, por tanto, perdedores y ganadores socialmente definidos". También, que "la brecha entre los partidos populistas de derechas y los verdes tenga cada vez más anclaje geográfico".
Audioanálisis.- La seguridad energética y la Presidencia checa de la UE
La República Checa, un país favorable al gas y a la nuclear sean validadas como verdes para la transición y que aún depende del carbón para una tercera parte de su mix energético, estrena el 1 de julio Presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Por
Anna Gumbau.
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'Podcast'.- El cambio climático y la transformación de las ciudades
Cuarto episodio de la serie que lleva por título
La última oportunidad y que ha sido elaborada por
Red2Red Consultores y Agenda Pública. En este capítulo, conversamos con
Julio Lumbreras Martín, profesor titular del Departamento de Ingeniería Química Industrial y del Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Madrid y coordinador de la Comunidad de Ciudades de El Día Después. Conduce
José Moisés Martín Carretero, director general de
Red2Red Consultores.
Buena lectura
Guillermo Sánchez-Herrero
Editor