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con la colaboración de
Yara Nardi (Reuters)

La política familiar de la derecha radical europea

Laurenz Ennser-Jedenastik

9 mins - 19 de Julio de 2022, 07:00

En Europa, los partidos de la derecha radical no sólo han logrado un fuerte avance electoral, sino que también han llegado al Gobierno en varios países. Aunque se ha investigado sobre mucho de los factores que explican su éxito en comicios, se sabe muy poco sobre su impacto político, especialmente en lo que respecta al Estado del bienestar. En un artículo publicado recientemente en West European Politics, se examina cómo estos partidos, cuando están en el gobierno, influyen en las prestaciones familiares; concretamente, en el gasto en subsidios familiares y en servicios de guardería.

Aunque ambas prestaciones apoyan a las familias en el cuidado de los hijos, lo hacen de formas muy diferentes. Las familiares son transferencias directas de dinero a las familias con hijos. Por lo general, sustituyen parte de los ingresos que se pierden cuando uno de los progenitores (las madres, con más frecuencia que los padres) deja de trabajar para atender a los hijos. De esta forma, los subsidios apoyan a las familias en la gestión de las obligaciones parentales, pero (en sí mismos) no proporcionan ninguna alternativa de cuidado fuera de ellas.

A diferencia de ello, las guarderías públicas o subvencionadas ayudan a las familias a externalizar parte del trabajo de cuidado que requieren los niños. Esto libera a los padres (especialmente a las madres) para que sigan vinculados al mercado laboral, mantengan sus competencias profesionales y generen ingresos. Mientras las ayudas familiares facilitan económicamente el mantenimiento del modelo del sostén de la familia (los padres realizan un trabajo remunerado fuera de casa y las madres uno no remunerado en el hogar), la prestación de servicios de guardería facilita la existencia de hogares con dos asalariados y, por tanto, un reparto más igualitario del trabajo entre madres y padres.

Ideología de la derecha radical: entre el pro-natalismo y el tradicionalismo de género
Al observar los subsidios familiares y la prestación de servicios de guardería a través del prisma de la ideología de la derecha radical, surge una interesante tensión: en primer lugar, estos partidos consideran que la familia es el núcleo de la sociedad. Según su doctrina, la nación sólo puede sobrevivir mediante la reproducción de la población nativa (sea cual sea su definición). En consecuencia, prestar apoyo a las familias que crían a sus hijos encaja bien con la ideología de la derecha radical.

Sin embargo, ésta no sólo es nativista sino que, en general, también se adhiere a las normas de género tradicionales consagradas en el modelo del hombre como sostén de la familia. Por lo tanto, las políticas con potencial para hacer que los roles de género sean más igualitarios no encajan con los principios fundamentales de la derecha radical.

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Suponiendo que los partidos de la derecha radical se guíen, en cierta medida, por sus compromisos ideológicos fundamentales cuando están en el Gobierno, podemos suponer que se esforzarán por ampliar las ayudas económicas a las familias; por ejemplo, con subsidios familiares. Sin embargo, siguiendo la misma lógica, deberíamos esperar que se muestren reacios a aumentar el gasto en el cuidado de los niños.


Un estorbo para la derecha radical: inmigrantes beneficiarios de prestaciones sociales
Las últimas décadas han sido periodos de inmigración neta en muchas sociedades europeas. El Estado miembro medio de la antigua UE-28 ha visto cómo su población nacida en el extranjero se ha duplicado con creces entre 1990 y 2019. Además, los inmigrantes son, por término medio, más jóvenes y tienen tasas de fecundidad más elevadas que la población autóctona. De ahí que una parte cada vez mayor de las prestaciones familiares vaya a parar a las familias inmigrantes.

Esta evolución cambia el cálculo político de la derecha radical. A medida que aumenta el número de inmigrantes en un país, cabe esperar que los partidos de la derecha radical se muestren menos entusiastas a la hora de ofrecer generosas transferencias monetarias a las familias. Al fin y al cabo, cada vez más beneficiarios serán miembros del grupo exterior no nativo, al que suelen considerar menos merecedor del apoyo del Estado de bienestar.

En cambio, a medida que aumenta la población nacida en el extranjero, la prestación de servicios de guardería puede resultar menos anatema para los partidos de la derecha radical. Esto se debe a que pueden considerar la educación infantil como un medio para lograr la asimilación cultural y lingüística, un papel que las instituciones educativas han desempeñado a menudo en el pasado.

Este razonamiento nos lleva a modificar nuestras expectativas: a medida que aumenta la población inmigrante, deberían atenuarse las tendencias hipotéticas de la derecha radical a promover las prestaciones económicas y a bloquear la expansión de las guarderías.

¿Qué nos dice el análisis empírico?
Para examinar si estas expectativas se confirman empíricamente, recurro a los datos de la OCDE que recogen el gasto en subsidios familiares y cuidado de niños en relación con el PIB de un país. Los datos abarcan 26 países europeos entre 1980 y 2015; y faltan algunos puntos de datos, especialmente los correspondientes a la década de 1980.

Por término medio, el gasto en subsidios familiares se ha mantenido prácticamente estable durante el periodo de observación. Sin embargo, el gasto en guarderías ha aumentado notablemente. A modo de ilustración del cambio que se ha producido, consideremos el hecho de que, en el año 2000, el gasto en subsidios familiares era un 80% mayor que el dedicado a guarderías en el país medio de la muestra (0,87% frente a 0,49% del PIB). En 2014, esta diferencia casi había desaparecido (0,82% frente a 0,76%). Resulta interesante señalar que se trata de un periodo en el que también ha aumentado la presencia de partidos de la derecha radical en el gobierno, lo que sugiere que existen poderosas macro-tendencias que van en contra del escepticismo de la derecha radical respecto a las generosas prestaciones para el cuidado de los niños.

Para probar las hipótesis expuestas, se establecen modelos estadísticos que examinan el efecto de la participación gubernamental de la derecha radical (o de los papeles de apoyo a los gabinetes de las minorías, como es común en Escandinavia) en los dos tipos de gastos, mientras que también se controla una serie de otros factores que podrían impulsar el gasto en esas áreas (por ejemplo, la densidad sindical, la representación política femenina, la proporción de la población menor de 15 años, el desempleo, el crecimiento del PIB, etc.).



Los modelos de referencia muestran que la gobernanza de la derecha radical sólo tiene efectos limitados sobre el gasto familiar. La incidencia en los subsidios familiares no se distingue estadísticamente del cero. El efecto sobre el gasto en guarderías es negativo, como se esperaba, pero bastante ruidoso (es decir, viene acompañado de mucha incertidumbre). Por término medio, la participación de la derecha radical en el gobierno hace disminuir el gasto en guarderías en 0,028 puntos porcentuales del PIB al año. Por lo tanto, la conjetura de que los puntos de vista antiigualitarios de la derecha radical sobre el género se transmiten a la fase de elaboración de políticas se ve respaldada en cierta medida.

El análisis de la gobernanza de la derecha radical en función de los distintos niveles de residentes nacidos en el extranjero muestra que hay un efecto positivo en el gasto en subsidios familiares cuando la proporción de inmigrantes es muy baja (menos del 5%). En proporciones más altas, el efecto es, de nuevo, indistinguible del cero. El efecto de la derecha radical sobre el gasto en guarderías no varía en función del tamaño de la población nacida en el extranjero.

Por último, examino no sólo las dos categorías de gasto, sino también la brecha entre ellas, tomando simplemente el incurrido en subsidios familiares menos el dedicado a guarderías. La idea que subyace tras esta modificación es que las dos categorías de gasto pueden no ser independientes la una de la otra, pero los políticos con limitaciones presupuestarias que quieren cambiar el statu quo pueden simplemente trasladar el dinero de una a la otra. Del análisis resulta que la gestión de la derecha radical está asociada a una mayor diferencia entre el gasto en subsidios familiares y en guarderías. Asimismo, este efecto es mayor cuando la población nacida en el extranjero es pequeña, y desaparece con niveles más altos de población inmigrante.

Conclusiones
Los partidos de la derecha radical han dejado su huella en la política europea durante las últimas décadas. Según el documento que aquí se comenta, cuando entran en el Gobierno también tienen un impacto en la política analizada, aunque sea limitado. Lo más interesante desde el punto de vista de la economía política es que estos partidos no tienen un impacto uniforme en el tamaño y la generosidad del Estado del bienestar. Su ideología específica puede llevarles a apoyar unas prestaciones generosas en algunos ámbitos, pero a dictar una reducción en otros. Más que nada, esto puede depender de cuánto se benefician los nativos frente a los no nativos de un programa social.
 
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