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La UE necesita reducir la demanda para afrontar los cortes de gas ruso

Ben McWilliams, Georg Zachmann

10 mins - 21 de Julio de 2022, 11:56

La cuota de suministro de gas de la Unión Europea procedente de Rusia se redujo de más del 40% en 2021 a sólo el 20% en junio de 2022. La brecha de más de 300 teravatios hora en los primeros seis meses de este año en comparación con el anterior se ha cubierto hasta ahora sobre todo con 240 TWh de importaciones adicionales de gas natural licuado (GNL). Gazprom ha roto varios contratos de suministro a largo plazo con sus socios comerciales de la UE, y existe el riesgo de que Rusia corte todos los suministros a la UE antes del invierno, si lo considera estratégicamente beneficioso.
 

La sustitución del gas ruso por el GNL ha alcanzado ampliamente su límite. La disminución de las importaciones de Rusia sólo puede satisfacerse ahora reduciendo la demanda de gas de la UE. El despliegue inmediato de un enfoque coordinado de la UE ofrece la mejor opción para disminuir sustancialmente el coste global de esa reducción. Para el conjunto de la UE, se necesitaría una caída total de la demanda durante los próximos 10 meses de aproximadamente un 15% en comparación con la demanda media de 2019-2021 para compensar la interrupción completa de las importaciones de los gasoductos rusos. Para los países de la UE (organizados en grupos regionales), calculamos que el recorte requerido oscila entre cero y el 54%.
 

El mercado interior del gas de la UE no está perfectamente conectado, lo que implica que algunos grupos de países necesitarán recortes de la demanda mucho más pronunciados. Las temperaturas invernales son la variable clave que genera incertidumbre: un invierno largo y frío haría necesarios recortes más pronunciados. Para ello, partimos de la base de un invierno medio y de que el almacenamiento no debería caer por debajo del 20% antes del 1 de mayo de 2023.

Dividimos la UE en grupos de países (Tabla 2). Dentro de cada grupo, los países están relativamente bien conectados y se enfrentarán a interrupciones de la demanda similares. Para cada grupo utilizamos la demanda histórica (2019-2021) y la producción propia, así como los niveles actuales de almacenamiento, para evaluar la evolución del llenado de los depósitos a lo largo del invierno. Las importaciones y exportaciones de gas de cada grupo se basan en los flujos de gas observados en el primer semestre de 2022. Para evaluar el impacto de una interrupción de los suministros rusos, hemos calculado la cuota implícita de gas ruso en la combinación de importaciones de cada grupo agregando las cuotas rusas en los flujos de entrada (véase aquí la metodología). Una interrupción completa de los flujos rusos reduciría cada flujo intracomunitario en la dependencia calculada de cada grupo de países del gas ruso.

Una limitación es que suponemos que los mercados funcionarán de la misma manera que en la primera mitad del año. Aunque es probable que se ajusten, muchas zonas de la red ya están funcionando a plena capacidad y los flujos de hoy ofrecen una buena indicación. La demanda y las importaciones de gas también son muy estacionales, pero como el primer semestre del año contiene una mezcla de meses invernales y más cálidos, las interferencias estacionales debieran estar razonablemente compensadas. No incluimos explícitamente en nuestro análisis las infraestructuras que se prevén construir en los próximos seis meses, pero tratamos las consecuencias más adelante.
 

 
 

La figura 3 muestra que las reducciones de la demanda en cada grupo de países que ya se produjeron entre enero y abril de 2022 están lejos de ser suficientes para que muchos de esos grupos cumplan con la reducción de la demanda necesaria para pasar el próximo invierno sin gas ruso.
 

Una mirada más detallada a los grupos
Portugal, España y Francia están efectivamente aislados del mercado europeo más amplio debido a las limitadas conexiones entre España y Francia, y Francia con el norte y el este. Los suministros de estos países no son vulnerables a una interrupción rusa, aunque la débil generación de energía nuclear francesa supone una presión sobre el suministro eléctrico de su vecino y, por tanto, sobre la demanda de gas. La cooperación podría permitir desviar el gas argelino de España a Italia, lo que permitiría aprovechar mejor la capacidad sobrante española en el contexto europeo.

Los países bálticos han sido históricamente muy dependientes de Rusia. La región depende ahora en gran medida de las importaciones a través de la terminal de GNL de Klaipeda (Lituania), mientras que una nueva interconexión (Santaka) con Polonia es importante porque conecta la región con el mercado europeo más amplio. Por ahora, la conexión se utiliza para abastecer a Polonia, pero permite flexibilidad en cuanto a las reducciones en este país y el Báltico. Una unidad flotante de almacenamiento y regasificación que se está construyendo en Estonia podría aportar 2 TWh/mes adicionales. Los países bálticos han logrado hasta ahora la mayor respuesta de la demanda en Europa, al tiempo que han experimentado algunos de los mayores aumentos de los precios de la energía. La capacidad de Finlandia para cambiar de combustible ha permitido reducir a más de la mitad la demanda nacional de gas.
 

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Polonia
depende de los flujos hacia el este desde Alemania para complementar las importaciones de la gran terminal de GNL de Świnoujście (6 TWh/mes). El almacenamiento polaco en el momento de escribir estas líneas está lleno y es razonablemente grande. A finales de 2022, la tubería del Báltico debería permitir la importación directa de 8 TWh/mes desde Noruega. Esto no puede atribuirse en su totalidad a Polonia, ya que los flujos podrían pasar por Polonia hacia el Báltico a través de la nueva conexión de Santaka (1,5 TWh/mes), hacia Alemania o incluso hacia el sur, hacia Eslovaquia, a través de un nuevo interconector.

Dinamarca y Suecia constituyen una zona conjunta de equilibrio. Normalmente, estos países se autoabastecerían de gas, pero el yacimiento danés de Tyro está en mantenimiento hasta junio de 2023, lo que crea una dependencia de las importaciones de Alemania, que están expuestas a las interrupciones rusas.
 
Rumanía dispone de una importante capacidad de producción propia. Sin embargo, las importaciones más importantes proceden de Ucrania y Bulgaria (ambas basadas en el gas ruso). Podría haber opciones para redirigir a través de Bulgaria otro gas (GNL que llega a Turquía o Grecia, u otro que transita por Turquía). Sin embargo, Bulgaria es un país de tránsito clave para la región del sureste de Europa, ya que es el punto de entrada de Turkstream. Por tanto, si los flujos a través del gasoducto se ralentizan, muchos países buscarán el transporte de gas por Bulgaria.
 
Chequia, Austria, Eslovaquia y Eslovenia dependerán en gran medida de Alemania en caso de que se interrumpan los flujos rusos a través de Ucrania. Una variable clave será cómo responda la demanda en el sur de Alemania y si sigue pasando suficiente gas a Chequia y Austria. El almacenamiento austriaco es relativamente grande, lo que significa que el grupo de países tiene una gran oportunidad de prepararse para el invierno en los próximos dos meses.
 
Las terminales de GNL de Croacia y Grecia son puntos clave de entrada. Parte del gas azerí importado a través de este último podría desviarse hacia el norte para suministrar a Bulgaria. Si se redujera la demanda italiana de esta procedencia, podría liberarse más para Bulgaria. La ampliación de la terminal croata de KrK a finales de año puede aportar una capacidad adicional de 0,3TWh/mes, lo que sería bienvenido para una terminal que actualmente funciona a gran capacidad. La interconexión entre Grecia y Bulgaria (2,5TWh/mes) también mejora la situación. Con la firma, por parte de Serbia, de un nuevo acuerdo para obtener más gas ruso en los últimos días, y la exención negociada por Hungría del embargo petrolero, es probable que 'Turkstream' sea la última tubería rusa que siga funcionando.

La dependencia de Italia de Rusia se produce a través de las importaciones de Austria. La ralentización de estos flujos se dejará sentir sobre todo en el norte del país, aunque tiene en general bastantes opciones de diversificación. Una variable clave, no sólo para Italia sino también para su capacidad para ayudar a los países vecinos, es la de transportar gas desde el sur al norte del país. Otra particularidad es la elevada cuota de gas en la generación de energía (43%). Por tanto, reducir el consumo de energía o recurrir a fuentes de electricidad alternativas reduciría sustancialmente el consumo de esta fuente, que actualmente es de 22 TWh en generación al mes.

Para Bélgica, la terminal de GNL de Zeebrugge seguirá siendo vital, al igual que las importaciones del Reino Unido, que podrían estar en peligro en caso de un invierno frío en este país. Parte del gas pasa de Francia a Bélgica. Países Bajos tienen una importante capacidad de producción propia y de importación de GNL. Las exportaciones a los países vecinos impulsan la necesidad de un menor consumo en Países Bajos, donde una gran parte de la generación de electricidad también se hace con gas. En el primer cuatrimestre de 2022, el consumo eléctrico neerlandés a base de gas fue un 33% inferior al de 2021 (2,5 TWh/mes).
 
Alemania dependerá de los flujos procedentes de Noruega, del gas nacional de Países Bajos y de las importaciones de GNL a través de Bélgica. Como importante país de tránsito, el volumen de gas reexportado es una variable clave. El Gobierno alemán ya ha iniciado la fase 2 (de 3) de su plan de racionamiento de gas de emergencia. También hay planes de emergencia para poner en marcha una nueva terminal de GNL en Wilhelmshaven (8TWh/mes).

Anexo
La siguiente tabla recoge todos los puntos relevantes que hemos tenido en cuenta de la Entsog para realizar el análisis anterior. Se incluyen los flujos medios mensuales para el primer semestre de 2022 y la cuota implícita de dependencia rusa en los países exportadores. La columna de flujo supuesto (assumed flow) es la forma en que se calculan nuestros resultados.
 
 
(Pinche aquí para acceder a la publicación original, en inglés, de este análisis de Bruegel)
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