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Esta fotografía del mercado europeo del gas se publicó originalmente, en E3G y en inglés, la víspera de la reunión de los ministros de Energía de la UE donde se pactó un plan conjunto, varias excepciones, para garantizar el suministro y la solidaridad europeos ante la eventualidad de que Rusia corte el suministro de gas)
Los estados miembros de la UE y los ciudadanos pueden actuar para reducir conjuntamente el consumo de gas. Tienen el poder de responder a las circunstancias difíciles si trabajan juntos. Los estados miembros de la UE han demostrado recientemente su capacidad para trabajar con sus socios y contribuir a la ejecución de programas masivos y coordinados a gran escala, como la respuesta al Covid-19. Pueden volver a hacerlo para reducir la demanda de gas mediante el diálogo abierto y la cooperación con las empresas y los interlocutores sociales.
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La variedad de las economías de los estados miembros se convierte en un punto fuerte en este contexto.
El consumo de gas de los estados miembros de la UE varía enormemente. Por lo tanto, existe la oportunidad de emprender actividades y ayudas a medida para reducir la demanda de gas en todos los países:
Gráfico 1.- Consumo de gas en la UE por país y sector (2019)
Fuente: Eurostat (excluidas agricultura y pesca).
Gráfico 2.- Consumo de gas por unidad de PIB
Fuente: Eurostat.
'Gráfico 3.- Consumo 'per capita' de gas
Fuente: Eurostat.
- En Irlanda, Grecia, España, Finlandia, Letonia, Italia y Portugal el consumo está muy concentrado en el sector eléctrico (superior al 40% del uso del gas). Existen muchas soluciones sin inconvenientes para reducir el consumo de gas en el sector eléctrico: aparatos eficientes, energías renovables y flexibilidad de la demanda. Cualquier medida que apoye la reducción del consumo de electricidad puede ayudar (por ejemplo, medidas de renovación de edificios para limitar la demanda de refrigeración y calefacción eléctrica; incentivar el uso de aparatos eléctricos eficientes; auditoría energética para las empresas).
- En Alemania, Francia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia, los hogares se encuentran entre los principales usuarios. Las prioridades para garantizar la resistencia en este año y en los siguientes son: campañas de información a corto plazo dirigidas a los usuarios con mayores ingresos, apoyo financiero a los que se encuentran en situación de pobreza energética e impulso a la renovación y la electrificación. Estas medidas pueden aplicarse a nivel nacional con una combinación adecuada de campañas de información, ampliación de los servicios de asesoramiento ciudadano independientes e imparciales y apoyo financiero específico, especialmente para los más vulnerables. Hay otras medidas sencillas y rentables que pueden aplicarse paralelamente (como termostatos, optimización de calderas o medidas sencillas de aislamiento).
- En Bulgaria, Chequia, Luxemburgo, Austria, Polonia, Eslovenia y Suecia el mayor impulsor del uso del gas es la industria. Se considera que el potencial de eficiencia energética y electrificación es alto en el uso final industrial, pero no se ha estudiado lo suficiente. Los planes nacionales de resiliencia y recuperación ya incluyen programas de modernización de las actividades industriales en algunos de esos países, que pueden ayudar si se optimizan y se aplican con rapidez. Para poder aprovechar esto a gran escala y convertir las medidas adoptadas en esta crisis en inversiones para la competitividad económica a largo plazo, es necesario recopilar rápidamente datos sobre el uso del gas en la industria. También debe tener la suficiente granularidad (en particular, identificar los procesos de calefacción a baja temperatura que pueden ser sustituidos por soluciones más modernas). En algunos países, ciertos subsectores de la industria son los que impulsan el consumo de gas; por ejemplo, en Alemania, los productos químicos (petro) representan el 7% del consumo de gas del país (sólo el uso no alimentario).
Estas variaciones indican dónde hay que actuar con rapidez. Sin embargo, la mayoría de los países utilizan el gas en la mayoría de los sectores. Existen oportunidades para intercambiar las mejores prácticas y adaptar las respuestas en función de la capacidad de suministro específica de los países y de las redes existentes para trabajar con rapidez.
Con la excepción de Chipre (sin gas) y Malta (gas sólo en la electricidad), todos los países utilizan el gas de forma generalizada en diferentes sectores.
El uso del gas para el propio sector energético (no para la generación de calor/electricidad) puede ser un candidato principal para lograr la eficiencia en algunos países. En Alemania, España, Croacia y Polonia el uso del gas en el sector energético representa entre el 8 %y el 18% del consumo total, frente al 4% de media en la UE.
Los grandes consumidores de gas deben asumir su responsabilidad, pero la oportunidad de aumentar la eficiencia existe para todos. La reducción de la demanda de esta fuente es una oportunidad para limitar el impacto de la inflación y mejorar la competitividad.
El 50% del consumo global de gas tiene lugar en Alemania, Italia y Francia, donde se repite el mismo porcentaje en consumo en la industria. En ellos, el porcentaje asciende al 60% cuando lo que se analiza es el consumo de gas en los hogares.
El 50% del consumo de gas para generar electricidad se produce en tres países: España, Alemania e Italia, seguidos de cerca por Países Bajos).
La relación entre el gas y el PIB (2021) está por encima de la media en algunos países europeos (Bélgica, Bulgaria, República Checa, Grecia, Croacia, Italia, Letonia, Lituania, Hungría, Países Bajos, Polonia, Rumanía y Eslovaquia), lo que indica que existe un margen potencial de eficiencia para convertir el gas en valor para la economía.
La proporción de gas per cápita en
Bélgica, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Hungría y Austria es superior a la media europea.