Estimadas lectoras, estimados lectores,
Cuando, a principios del mes pasado, el presidente del Gobierno español
anunció a bombo y platillo el primer Perte (vayan acostumbrándose a los acrónimos) muchos pensaron que, por fin, se acometía el ansiado cambio de modelo económico. El tiempo, no obstante, ha vuelto a recordarnos la diferencia que hay entre cuando se anuncia algo y cuando se pone efectivamente en marcha. Porque los Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) y, en general, los fondos europeos, son un camino complejo y lleno de baches. Sobre el primer rasgo, baste el aviso para navegantes de
Alfonso Novales (
aquí y
aquí, con un tercer texto en camino); sobre el segundo, lo del Tribunal Constitucional alemán (
aquí,
aquí y
aquí).
Además, el prematuro anuncio de Pedro Sánchez suscitó
dudas (y quejas), como apuntaba
Enrique Feás. Y todo ello en un contexto en el que el despliegue de los Perte sólo se encuentra, en expresión feliz de un experto en estas lides, en una “fase intermedia indefinida”.
Sea como fuere, lo que sí se sabe ya es que los ministerios ya han emitido sus manifestaciones de interés (MDIs) y que, atendiendo a lo que ocupa a esta
newsletter, incluyen la
movilidad eléctrica; el
hidrógeno renovable; las
comunidades energéticas locales, la
energía sostenible en islas; el fomento de la
economía circular en el ámbito de la empresa como instrumento para la recuperación; las
energías renovables; la
flexibilidad del sistema energético, la infraestructura eléctrica, redes inteligentes y despliegue del almacenamiento energético; el programa de Apoyo al
Transporte Sostenible y Digital y la movilidad sostenible, segura y conectada en entornos urbanos y metropolitanos.
Quedamos a la espera que los ministerios propongan Pertes, las empresas proyectos, el Consejo de Ministros los vaya aprobando, se abran los registros para las empresas y se convoquen las subvenciones. ¿Para bien avanzada la primavera?
Gráfico
Siempre habrá quienes desprecien las proyecciones y estimaciones más allá de unos meses o un año, o las atribuyan a intereses más o menos inconfesables. Pero resulta que la
descarbonización, y su herramienta la electrificación, no pueden esperar 20 años para ver entonces si hemos combatido el cambio climático y ya no estamos en peligro. Así que, asumida la perentoria necesidad de contener el calentamiento global en el objetivo 1,5º, echemos un vistazo a este gráfico de un
muy reciente informe de
Irena.
Lo que nos viene a decir es que, en 2050 (a la vuelta de la esquina), la demanda mundial de generación de energía se habrá triplicado respecto a la de hoy, y que las renovables tendrán una cuota de mercado del 90% frente al 25% actual. Y más cosas: que el 63% (el 7% en 2018) de las necesidades totales de electricidad la cubrirán la energía solar y eólica que, junto con las mareas, forman parte de lo que en la jerga se conoce como VRE (
variable renewable energy); esto es, que son intermitentes porque dependen de la naturaleza, de las condiciones climatológicas.
Y esto último nos llevaría, entre otras cosas, al asunto del almacenamiento, de guardar
sol y
viento los días de
vacas gordas, lo que nos sirve para enlazar con el tema del mes pasado: el hidrógeno verde.
'Podcast'
María Sicilia (responsable de estrategia corporativa de
Enagás y miembro de su Comité de Dirección) y
Alejandro Núñez-Jiménez(investigador en el Centro Belfer de la Escuela de Gobierno John. F. Kennedy de la Universidad de Harvard y en el Grupo de Sostenibilidad y Tecnología del Instituto Tecnológico Federal Suizo en Zúrich) explican
aquí los usos del hidrógeno verde o renovable como vector energético, contraargumentan a los escépticos, razonan la oportunidad que supone para España y esbozan su
geopolítica mundial.
Audio-análisis
Chile pertenece, junto a Marruecos, Australia y la Península Ibérica, al grupo de elegidos para beneficiarse en mayor medida de una economía del hidrógeno verde. Por eso, quién mejor que su ex ministro de Medio Ambiente
Marcelo Mena-Carrasco para
explicar cuáles son las perspectivas del país suramericano en este ámbito.
Y
aquí,
Vanesa Sendarrubias, del
Centro Nacional del Hidrógeno, nos presenta al decano de la investigación, el desarrollo y la innovación de esta tecnología, ya que lleva en ello desde 2007.
Nuestros artículos
Ya lo vio Julio Verne: hidrógeno, verde
Isabel Carrilero echa mano del escritor francés que, a finales del siglo XIX, ya predijo lo que esta tecnología podrá hacer... en el XXI. Un botón de muestra: "Se espera que el consumo mundial de hidrógeno crezca un 400% en 2050, motivado principalmente por su uso como vector energético".
Hidrógeno verde: la posición estratégica de España y la UE
"Las inversiones acumuladas en hidrógeno renovable en Europa pueden alcanzar entre 180.000 y 470.000 millones de euros de aquí a 2050"; y "emplear hasta un millón de personas, directa o indirectamente". Con estas cifras aportadas por
Mónica Aguado, del Centro Nacional de Energías Renovables, resulta difícil
escapar a la importancia de su desarrollo, tanto en España como en la UE.
Buena lectura,
Guillermo Sánchez-Herrero
Agenda Pública