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GARCÍA-SANTOS (EL PAIS)

Renovables y territorio: La hora de la verdad

Pedro Fresco

8 mins - 13 de Abril de 2023, 07:00

A pocas semanas de las elecciones municipales y autonómicas hay un debate que no podemos obviar por incómodo que sea para los candidatos, que es el conflicto entre desarrollo renovable y resistencias en el territorio. Algunos partidos, sobre todo aquellos de base local o regional, se han posicionado con el movimiento que se nuclea alrededor del eslogan 'renovables sí, pero no así', y que básicamente pretende hacer una enmienda a la totalidad del modelo de desarrollo renovable actual sin que se proponga una alternativa realista y definida al mismo. La ausencia de alternativa más allá de algunas generalidades inconcretas es lógica porque la coalición del 'renovables sí, pero no así' es una coalición negativa cuya única vertebración se basa en el rechazo a los desarrollos actuales. Cualquier alternativa haría saltar por los aires la unidad, porque los intereses que se agrupan en esos movimientos son tan diversos como contradictorios.

Si analizamos la política a sus distintos niveles podremos observar cómo el posicionamiento sobre las políticas climáticas en general, y el desarrollo renovable en particular, depende mucho del ámbito de gobernanza. Si observamos la política internacional vemos que las políticas y las proclamas son claras. El cambio climático se entiende como el principal problema de nuestra era y se promueven unas políticas valientes y contundentes al respecto. Creo que se puede resumir en la frase de hace unos días del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, cuando hablaba de lo que había que hacer frente al cambio climático: 'Todo, en todas partes, y todo a la vez'.

Cuando bajamos a nivel europeo el discurso es parecido, como se puede escuchar en boca de los distintos responsables de la Comisión Europea. Pero cuando bajamos al nivel nacional aparecen las contradicciones. A ese nivel ya hay países que quieren evitar determinados compromisos climáticos al considerar que perjudican a sectores económicos o sociales de sus naciones. Como ejemplo podemos poner la posición reacia de Alemania frente a la prohibición de los motores de combustión o la posición de Polonia frente a la eliminación del uso del carbón.

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Si bajamos a nivel regional, las contradicciones y las resistencias aumentan todavía más. En Alemania, después de un primer impulso federal para fomentar un desarrollo renovable masivo en el país, los distintos Lander establecieron normativas específicas para el desarrollo de la energía eólica, con el resultado fatal del hundimiento de la instalación de energía eólica a partir del año 2018. Los Lander, presionados por grupos locales, impulsaron normativas restrictivas respecto a las zonas aptas o a la distancia de los aerogeneradores respecto a viviendas o zonas protegidas, que en algunos casos hicieron prácticamente imposible su instalación. El ministro Robert Habeck está actualmente dedicando enormes esfuerzos para intentar corregir esta situación.

Y finalmente, a nivel local las cosas todavía se exacerban más. Los alcaldes y consistorios se sienten muy presionados por los movimientos de rechazo local y sobre todo en momentos preelectorales como el actual no desean que exista ningún conflicto. Alcaldes de todos los partidos y todas las ideologías se han puesto de perfil, han apoyado a estos movimientos o incluso han declarado moratorias locales, muchas veces por miedo a que sus intereses electorales se vean perjudicados. 

Lo comentado respecto al desarrollo renovable es perfectamente aplicable a otros campos. En movilidad la apuesta europea e internacional por el vehículo eléctrico, el transporte público o la reducción de la contaminación es clara, pero a nivel local existen presiones a favor del uso del coche, contra las zonas de bajas emisiones o las restricciones a los vehículos de combustión. Podíamos analizar otras políticas de mitigación o adaptación al cambio climático y podríamos ver las mismas dinámicas.

En el fondo, estas actitudes están dentro en la lógica de la política y son comprensibles. Estamos ante uno de los grandes problemas de combatir un fenómeno global como el cambio climático, donde las necesidades globales chocan con los intereses locales y, además, los intereses locales son tangibles e inmediatos mientras que las necesidades globales pretenden solucionar un problema cuyas peores consecuencias se verán en el futuro y lo padecerán otras generaciones. Xavier Labandeira llama al cambio climático 'la externalidad perfecta', porque es 'inmensa, global, intergeneracional e irreversible'. Eso hace muy complicado poder incentivar comportamientos individuales y locales coherentes con esta emergencia. 

Sin embargo, no tenemos tiempo que perder. Cumplir el Acuerdo de París exige una transformación constante y sin pausa hacia las energías renovables, el transporte eléctrico, la electrificación de los consumos energéticos, la eficiencia energética y los cambios comportamentales. No se puede perder un solo año y no hablemos ya de un solo ciclo electoral. Tenemos una responsabilidad histórica sobre nuestros hombros que no podemos obviar.

Evidentemente la transición energética no se puede hacer manu militari, eso sería un fracaso asegurado antes de comenzar. Debemos aprender a seducir, a convencer y a buscar las mejores maneras de hacer lo que debe ser hecho. Pero la seducción y las regulaciones adecuadas solo pueden nacer de la convicción absoluta de la necesidad, porque en caso contrario la tentación de obviar el problema para no enfrentarlo será demasiado poderosa. En el terreno de las renovables he expresado varias veces esta tensión con un concepto sencillo: El Dónde y el Cómo se instalan las renovables es un debate perfectamente legítimo y necesario, pero solo puede tener solución adecuada una vez tengamos claro que el Qué (que hay que instalar renovables masivamente) y el Cuánto (los MW que debemos instalar anualmente) no pueden entrar en esa discusión.



En las últimas semanas se han publicado varias propuestas y trabajos sobre cómo mejorar la implantación de renovables buscando una mejora de la gobernanza, una mejor selección de ubicaciones y, muy importante, unos mayores beneficios locales en los municipios y zonas donde se implanten estas renovables. Uno de estos trabajos es de mi autoría, llamado 'Conflictos sociales por el desarrollo renovable en el territorio. Causas y propuestas de mejora', publicado por el Observatorio de Transición Justa. Otro de ellos, autoría del profesor Eloy Sanz, se titula 'Análisis de los aspectos clave de protección de la biodiversidad y socioeconómicos para garantizar la armonía entre los proyectos de energías renovables y el territorio', hecho con la colaboración de ECODES, donde se analizan casos de éxito en nuestro país y se obtienen conclusiones relevantes.  

Estas son propuestas constructivas, basadas en la convicción de que es necesario mejorar, pero que es imposible retroceder. Son propuestas políticas para hacer política seria y responsable, que atienda a los problemas y a los anhelos locales sin faltar a la responsabilidad que la historia nos impone. No van a contentar a todo el mundo, no van a acabar con el rechazo local, pero lo deberían mitigar porque son buenas medidas y, sobre todo, mejoran lo que existe actualmente.

Quiero acabar este artículo haciendo un llamamiento a todos los candidatos y partidos que se presentan a las elecciones del próximo 28 de mayo. Por favor, sean responsables. Por favor, resistan las presiones. Yo también he estado en un gobierno regional y sé que lo fácil es evitar conflictos y e ir a actos y foros y decirle a la gente lo que quiere escuchar. Pero eso no lleva a ningún sitio. Debemos ser coherentes con la responsabilidad histórica que nos ha tocado vivir.

Existen propuestas constructivas, existe margen de mejora, existen maneras de minimizar el impacto ambiental y maximizar el impacto local positivo, y todo eso sin poner en riesgo el despliegue renovable. Esas son las propuestas de la política responsable y de la política madura. Ayuden los partidos, en su ámbito nacional y regional, a sus alcaldes y candidatos locales poniendo propuestas de mejora encima de la mesa con las que puedan trabajar frente a la oposición local. La historia nos juzgará por nuestra actitud frente a la emergencia climática. Los posicionamientos cómodos de hoy se acabarán convirtiendo en la vergüenza del mañana. 

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