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DELMI ALVAREZ

La alianza europea de populares y socialistas se tambalea en Bruselas

Bernardo de Miguel

5 mins - 15 de Mayo de 2023, 07:00

La creciente brecha entre conservadores y socialistas europeos en Bruselas amenaza con derrumbar la gran coalición de esos dos grupos que ha mantenido la estructura política de la UE durante 70 años. El club afrontará tras las próximas elecciones europeas (junio de 2024) el mayor seísmo político de su historia, provocado por la erosión de la democracia cristiana y su acercamiento a fuerzas ultraconservadoras. La socialdemocracia ve inviable el mantenimiento de la tradicional alianza si el Partido Popular Europeo (PPE) estrecha sus lazos con las formaciones extremas integradas ahora en el grupo ECR, donde militan 20 partidos entre los que figuran los de Meloni (Fratelli d’Italia) y Abascal (Vox). La ruptura de la gran coalición podría paralizar las instituciones de la UE y complicar sobremanera la renovación de la actual cúpula comunitaria, cuyos mandatos expiran el año que viene.

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“El próximo año habrá elecciones europeas y el PPE tiene la obligación de trabajar para construir una mayoría sólida que pueda gobernar la UE durante los próximos cinco años (…) Es importante que el diálogo entre ECR y el PPE continúe. Aunque son fuerzas diferentes, a menudo votan juntas en el Parlamento Europeo”, señaló el pasado viernes Antonio Tajani, ministro italiano de Exteriores, en una entrevista con el medio digital Euractiv. Tajani, antiguo comisario europeo y antiguo europarlamentario del PPE, ha recordado que él mismo fue elegido presidente del Parlamento Europeo gracias al voto de populares, liberales y ultraconservadores.

Pero un acuerdo entre populares y ultraconservadores haría saltar por los aires la gran coalición que, de facto, ha controlado Bruselas desde hace décadas. “Si la tradicional alianza pro-europea está en peligro es porque alguna gente se está moviendo en una dirección muy peligrosa”, advertía la semana pasada la eurodiputada Iratxe García, presidenta del grupo socialista en el Parlamento Europeo, el segundo mayor de la cámara (143 escaños) por detrás de los populares (177 escaños). 

García acusa al PPE de secundar la agenda de la extrema derecha aun a riesgo de alejarse de los valores fundamentales de la UE. “La Unión Europea es, por encima de todo, una comunidad de valores, pero esos valores están siendo cuestionados por el centro derecha a medida que se inclina hacia los extremos para atacar a las mujeres, las minorías, los emigrantes y el medioambiente”, ha lamentado la eurodiputada socialista. 

La gran coalición empezó a hacer aguas tras las últimas elecciones (2019), cuando populares y socialistas no sumaron más del 50% de los escaños por primera vez desde que el Parlamento se empezó a elegir por sufragio directo (1979). El bipartito se vio obligado a cortejar los votos de liberales y verdes para sacar adelante la elección de la nueva Comisión Europea, presidida por la conservadora alemana Ursula von der Leyen.

La aritmética parlamentaria parece condenada a retorcerse aún más tras los comicios de 2024, con los dos grandes partidos acusando un implacable desgaste en algunos de los principales socios europeos. Los populares se encuentran en la oposición en la mayoría de los países más poblados y corren peligro de extinción en Francia, Italia o Hungría a efectos del Parlamento Europeo. Los socialistas ya se quedaron sin ningún escaño en las últimas elecciones en Irlanda y están en caída libre en Francia, Bélgica o Grecia. 



El Partido Popular Europeo, presidido por el eurodiputado alemán Manfred Weber, no oculta su intención de compensar las tremendas pérdidas con un acercamiento a ECR, el grupo fundado en 2009 por los tories británicos y los polacos de Kaczynski (PIS) como alternativa euroescéptica y ultraconservadora a la familia democristiana. Weber es el principal impulsor de un plan que se estrenó en Italia y levanta ampollas no solo entre los socialdemócratas sino entre los propios democristianos más apegados a la tradición humanista y democrática de esa familia.

“El modelo italiano es particularmente interesante para el PPE”, afirmó Weber la semana pasada en alusión al gobierno formado por Giorgia Meloni (cuyo partido pertenece a ECR) con la Lega de Matteo Salvini y los populares de Silvio Berlusconi. La colaboración de los conservadores con la extrema derecha, que otrora hubiera desencadenado un aluvión de reproches en Bruselas, ha sido acogida con inusitada benevolencia no solo por Weber sino también por la Comisión Europea presidida por Von der Leyen

El PPE considera factible repetir la experiencia italiana en otros países (España en particular) e, incluso, a escala europea. Las últimas proyecciones electorales apuntan a que ECR podría desbancar a los liberales como tercera fuerza en el Parlamento Europeo tras los comicios de 2024 y la suma de sus escaños permitiría al PPE mantenerse como la fuerza más poderosa de la UE, una posición que ocupa desde 2004. Pero el experimento de Weber, rechazado por buena parte de su propio partido, puede acabar en una grave crisis institucional si en el futuro Parlamento Europeo no se logra armar una mayoría a favor de reforzar e impulsar la integración europea. Un objetivo que no comparten en absoluto los nuevos compañeros de viaje del PPE. 
 
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