-
+
SERGEI GRITS (AP)

Putin: ¿el gran catalizador de la defensa europea?

“Yo concibo un político moral, es decir, uno que considere los principios de la prudencia política como compatibles con la moral; pero no concibo un moralista político, es decir, uno que se forje una moral ad hoc, una moral favorable a las conveniencias del hombre de Estado. […] Los principios que [estos últimos] ponen en práctica ⎯aunque sin manifestarlo⎯ dicen poco más o menos lo que las siguientes máximas sofísticas: fac et excusa [actúa ahora, justifícalo después]; si fecisti, nega [si cometiste un crimen, niégalo]; divide et impera [divide y domina].”
⎯Immanuel Kant, Sobre la paz perpetua (1795)

Si se nos pidiese que calificásemos a Vladimir Putin como un “político moral” o un “moralista político”, no hay duda de cuál sería la opción más popular, al menos en Occidente. Sin embargo, hasta hace bien poco, prácticamente nadie cuestionaba que el presidente ruso contaba al menos con una importante virtud: la astucia. Una vez tras otra —en Siria, en Libia, en las elecciones estadounidenses o, por supuesto, en la propia Rusia— Putin parecía salirse con la suya a base de explotar divisiones y pescar en río revuelto. 

Con los fracasos que ha acumulado la invasión rusa de Ucrania, junto con el reciente conato de rebelión del Grupo Wagner, ese aura de infalibilidad se ha evaporado. Todo apunta a que Putin ha pecado de exceso de confianza: no solo en su liderazgo y en la fortaleza militar rusa frente a la ucraniana, sino en su capacidad de someter a la UE mediante chantajes energéticos y amenazas nucleares. Es cierto que todavía queda en la Unión quien se afana en justificar al presidente ruso, pero Putin ha logrado dividir a sus simpatizantes, en vez de a sus detractores. Y, como demostramos en un estudio que desgranaremos a continuación, la opinión pública europea se ha vuelto más favorable si cabe a profundizar en la integración en materia de seguridad y defensa.

[Recibe los análisis de más actualidad en tu correo electrónico o en tu teléfono a través de nuestro canal de Telegram]

Desde 2022, el panorama institucional europeo en dicha materia se ha simplificado de forma notable, y no precisamente de acuerdo con las preferencias de Putin. Finlandia ha ingresado en la OTAN y Suecia se halla de camino, a falta de que Hungría y Turquía levanten su bloqueo. Por su parte, Dinamarca se ha unido a la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE (PCSD) y, hace unas semanas, hizo lo propio respecto a la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO), que tiene como objetivo desarrollar más capacidades conjuntas en el ámbito de la defensa. La Tabla 1 resume la situación antes de la invasión de 2022, mientras que la Tabla 2 presenta el escenario más plausible al que nos dirigimos a corto plazo.
 
Tabla 1.- Estados miembro de la UE en función de su relación con la PCSD, PESCO y la OTAN, antes de la invasión rusa de Ucrania 2022

Tabla 2.- Estados miembro de la UE en función de su relación con la PCSD, PESCO y la OTAN después de la invasión rusa de Ucrania en 2022 (*adhesión de Suecia a la OTAN pendiente de la ratificación en Hungría y Turquía)

En un reciente artículo académico publicado en el Journal of European Integration y surgido del proyecto ENGAGE, que recibe financiación del programa Horizonte 2020 de la UE, hemos explorado algunos de estos efectos a escala europea. El estudio se apoya en la Global Database of Events, Language, and Tone (GDELT), que recopila noticias sobre eventos de más de 150.000 fuentes y en más de 100 lenguas distintas, clasificándolas en función de una serie de variables, como su origen y su “tono”. Que el tono de una noticia sea superior a 0 indica que las palabras que contiene poseen una connotación más positiva que negativa, y viceversa. El estudio se centra en dos conjuntos de datos: uno que abarca todas las noticias sobre seguridad nacional que surgen de los 27 Estados miembro de la UE, y otro que se centra específicamente en aquellas que mencionan a instituciones clave de la Unión.

Nuestro estudio se ciñe al período comprendido entre el 3 de noviembre de 2021 (cuando Ucrania confirmó públicamente la presencia de 90.000 tropas rusas en sus fronteras) y el 1 de mayo de 2022 (alrededor de tres meses después del inicio de la invasión). Ponemos el foco especialmente en 11 países de la UE que se dividen en 5 categorías, en función de si son fronterizos con Rusia, así como de su participación en la PCSD y su alineamiento militar antes de la invasión de 2022 (ver Tabla 3). Finlandia y Suecia aparecen como países “militarmente no alineados” puesto que ya habían incorporado importantes matices en su tradicional neutralidad antes de sus solicitudes de ingreso a la OTAN en mayo de 2022.
 
Tabla 3.- Categorías de Estados miembro de la UE en función de nuestras variables independientes


Según se desprende de la Figura 1, en la mayoría de los 27 Estados miembro el tono de las noticias sobre seguridad se vuelve más positivo cuando mencionan a la UE. Si bien esto ya era así antes de la invasión, la tendencia se ha acentuado a raíz de la misma. Generalmente, esta evolución es más marcada entre los 11 países seleccionados que entre los 16 restantes, aunque la mayoría de países neutrales son una excepción.
 
Figura 1.- Diferencial de tono de las noticias sobre seguridad que menciona a la UE, respecto a todas las noticias sobre seguridad, en las categorías seleccionadas (ver Tabla 3)

Complementando el análisis de big data, nuestro estudio explora estas categorías a través de encuestas de opinión. La Figura 2 muestra que la favorabilidad neta hacia la PCSD (porcentaje de población a favor menos porcentaje en contra) era ya positiva antes de la invasión en todos los países de la UE, incluyendo Dinamarca, el único que solicitó una exención en los años 90. Los países tradicionalmente neutrales eran más reacios que la media (exceptuando el caso particular de Chipre, que se ha visto obligada a renunciar al abrigo de la OTAN debido al veto turco), pero aun así firmemente partidarios de la PCSD. La mayoría de países fronterizos con Rusia mostraban tasas de favorabilidad superiores a la media.
 
Figura 2.- Favorabilidad neta hacia la PCSD según Estado miembre (febrero de 2021-febrero de 2022)
Fuente: cálculos propios, a partir de una media de los datos de los Eurobarómetros 94, 95 y 96 (recogidos en febrero-marzo de 2021, junio-julio de 2021 y enero-febrero de 2022, respectivamente)

La Figura 3 registra la evolución de la favorabilidad neta entre el último Eurobarómetro previo a la invasión y el primero posterior a la misma. Los cambios son significativos: la media de la UE sube claramente, siendo el incremento particularmente destacable en Finlandia, Suecia y Polonia. De ello se desprende que finlandeses y suecos no consideran que su ingreso en la OTAN vaya a hacer menos necesario abogar por una UE más integrada en términos de seguridad y defensa. Como la mayoría de europeos, consideran que la OTAN y la PCSD son complementarias.
 
Figura 3. Evolución de la favorabilidad neta hacia la PCSD según Estado miembro (antes y después de la invasión rusa de Ucrania en 2022)
Fuente: cálculos propios, a partir de datos del Eurobarómetro 96 (recogidos en enero-febrero de 2022) y el Eurobarómetro especial 526 (recogidos en abril-mayo de 2022)

Aunque los datos del Eurobarómetro no siempre se corresponden con los tonos de las noticias sobre seguridad, de nuestro estudio se extraen una serie de tendencias evidentes. En primer lugar, los países neutrales se comportan de modo muy heterogéneo, fruto de sus diversas experiencias en torno a la política de neutralidad. Por su parte, los países que comparten frontera con Rusia y forman parte de la UE y de la OTAN – Estonia, Letonia, Lituania y Polonia – generalmente se muestran ahora más favorables a la PCSD. En Finlandia, Suecia y Dinamarca, países que de un modo u otro han sido reticentes a hacer de la UE una organización centrada en la seguridad y la defensa, ocurre otro tanto. Cabe resaltar, asimismo, que dichas reticencias nunca fueron tan profundas entre la opinión pública como solía pensarse.

Todas estas tendencias sugieren que los partidarios de una UE más integrada en materia de seguridad y defensa cuentan con el beneplácito de la ciudadanía, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. Este clima favorable de opinión parece avalar algunos pasos sin precedentes que se han tomado, como el envío de armas a Ucrania bajo el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. La mayoría de europeos son partidarios de la OTAN, pero no creen que sea suficiente, sino que abogan por seguir desarrollando capacidades y salvaguardas colectivas propiamente europeas. De entre los muchos movimientos sísmicos que ha provocado la invasión de Putin, tal vez este termine demostrándose como uno de los más trascendentales y más duraderos. En Europa, su divide et impera ha fracasado.

Read the article in English

¿Qué te ha parecido el artículo?
Participación